Dzerzhinsky fue uno de los colaboradores más cercanos y leales de Lenin. Miembro de la dirección del Partido Comunista reunido por Lenin, defendió firmemente el leninismo sin importar lo complicado y difícil de la situación, y después de su muerte permaneció leal a las políticas trazadas por él.

“Félix“, recordaba Kliment Voroshilov, destacado estadista soviético y figura del Partido, “siguió el ejemplo de Lenin en todo lo que hizo. Al igual que Lenin, era muy humano y atento con el pueblo, aunque extremadamente exigente e intransigente con los enemigos de la revolución y sus cómplices“.

Lenin valoraba mucho el trabajo que Dzerzhinsky hacía, confiaba en él, y se podría incluso decir que lo cuidaba.

En sus memorias, el bolchevique Ivan Radchenko, destacado economista, describió su encuentro con Lenin, en el que Dzerzhinski también estuvo presente. “Después de que él (Dzerzhinsky) se fuera, Lenin lo caracterizó como un trabajador brillante, hablando de él con una especie de alegría, como quien habla de un amigo leal y confiable.

En situaciones difíciles, cuando algo iba mal, Lenin solía decir: ‘Será mejor que le confíes esto a Dzerzhinsky, seguro que lo hará‘”.

Yelena Stasova, secretaria del Comité Central del PCR (B), escribió: “Todos los que entramos en contacto con Lenin, vimos y sentimos el respeto y apoyo que mostraba por Dzerzhinsky. Era algo natural. El coraje de Dzerzhinsky, la honestidad y la pureza de su vida eran conocidos por todos“.

Por su parte, Dzerzhinsky devolvió la confianza y el apoyo constante de Lenin con una cálida gratitud. “Mostró un gran respeto y una enorme confianza en el genio de Lenin, escuchando sus consejos, leyendo y releyendo sus obras, en las cuales buscaba respuestas a las preguntas más complicadas planteadas por la vida“, escribió la esposa de Dzerzhinsky. “Cuando Félix hablaba por teléfono con Lenin, sabía de inmediato con quién estaba hablando, aunque no supiera de qué se trataba la conversación… La voz de Félix se llenaba de gran admiración y respeto por Lenin“.

Lenin comunicaba constantemente a Dzerzhinsky todo tipo de instrucciones, demandas, consejos y sugerencias, y estaba seguro de encontrar una respuesta inmediata y voluntaria.

Nunca olvidaba que la salud de Dzerzhinsky no era buena, y siempre le pedía que se cuidara mejor.

Al enterarse de que Dzerzhinsky estaba tosiendo sangre y se negaba a descansar”, escribió Stasova, “Lenin me llamó y propuso que el Comité Central aprobase una resolución que obligase a Dzerzhinski a descansar durante dos semanas. Había encontrado un lugar donde Dzerzhinsky podía ir, una de las granjas estatales no lejos de Moscú, donde la comida era buena y no había teléfono. Así, Dzerzhinsky sería incapaz de ponerse en contacto con sus subordinados y tendría un buen descanso“.

Lenin estaba preocupado por las duras condiciones bajo las cuales Dzerzhinsky tuvo que trabajar en Siberia en 1922, por lo que envió un telegrama a la Cheka preguntando por su estado de salud. Lenin dio instrucciones para, de alguna forma, hacer a Dzerzhinsky un chequeo médico sin decirle por qué se le estaba haciendo. Exigió que se le comunicaran de inmediato los resultados del chequeo y la opinión de los médicos que lo examinasen.

A pesar del carácter no oficial del telegrama de Lenin, Dzerzhinsky se enteró de esto. En una carta a su esposa, escrita el 7 de febrero de 1922 y enviada desde Omsk, comentó: “Por supuesto que mi trabajo aquí no es muy bueno para mi salud… Pero dejarlo, antes de que yo mismo sienta que mi misión aquí ha sido en gran medida realizada, creo que sería peor para mi salud“. Dzerzhinsky salió de Siberia sólo después de haber finalizado su trabajo, mostrando de nuevo el sentido del deber que siempre lo motivó en su trabajo.

En aquella época, Dzerzhinsky sabía que Lenin estaba mal de salud, por lo que sólo le pedía ayuda cuando era absolutamente necesario. También pidió a otros que no molestaran a Lenin si no era una necesidad extrema.

El 21 de enero de 1924, Lenin murió. Fue una gran pérdida para los comunistas soviéticos, el pueblo soviético, el movimiento obrero internacional y para los trabajadores de todo el mundo. El pueblo soviético se unió aún más al Partido Comunista. Dzerzhinsky estaba terriblemente afectado por la muerte de Lenin. Su esposa escribió: “Nunca había visto a Félix tan afligido como en aquellos días tan tristes. Era consciente de que el Partido tendría dificultades para continuar sin Lenin. Pero creía en la fuerza del proletariado, en su Partido y en la victoria del leninismo“.

Como muestra de aprecio hacia Dzerzhinsky, leal seguidor de Lenin, el Partido lo nombró jefe de la comisión del Presidium del Comité Ejecutivo Central de la URSS.

Dzerzhinsky tenía muchas responsabilidades como miembro del Comité Central del Partido. En julio de 1920, fue nombrado miembro suplente del Buró Organizativo, y en agosto de 1921, miembro titular; desde junio de 1924 hasta el final de su vida, fue miembro suplente del Comité Central del Politburó. Hacía discursos e informes en congresos del Partido, reuniones plenarias del Comité Central y reuniones del Politburó. Los congresos del Partido y el Comité Central lo eligieron con frecuencia para encabezar comisiones importantes o para servir como uno de los miembros.

Dzerzhinsky también participó en importantes trabajos en el comercio exterior. El 20 de febrero de 1924 habló sobre un acuerdo comercial entre la URSS e Italia en una reunión del Politburó y fue nombrado miembro de su comisión para considerar un proyecto de común acuerdo.

Dzerzhinsky declaró en la reunión plenaria del Comité Central de octubre de 1925: “Las tasas de desarrollo de nuestro comercio exterior son todavía insuficientes… Todos los problemas de nuestra economía nacional, a los que nos enfrentamos con tanta dificultad, son culpa del comercio exterior“.

Algunos participantes de la reunión se pronunciaron a favor de rebajar el monopolio del comercio exterior. Dzerzhinsky se opuso a esta idea, porque consideraba que era un medio de proteger la industria del país. La reunión plenaria encargó esto a una comisión encargada de preparar propuestas sobre las formas de ejercer este monopolio por parte del Estado.

En la misma sesión, Dzerzhinsky habló sobre el trabajo de los sindicatos, abogando por el establecimiento de mejores relaciones de trabajo entre los sindicatos y el personal de gestión económica y criticando la burocracia en las actividades de los sindicatos. Luego se refirió a los intentos del fabricante estadounidense de automóviles, Henry Ford, por motivar a los trabajadores a aumentar la producción introduciendo la empresa privada, señalando que el sistema socialista de producción poseía incentivos más eficaces que apelaban a los corazones y a las mentes de los trabajadores. Habló muy bien de las conferencias de producción como uno de los métodos más eficientes para permitir a los trabajadores discutir libremente los problemas de producción y buscar sus soluciones.

Dzerzhinsky fijó unos patrones altos para el trabajo de cada comunista y exigió lealtad inquebrantable al partido. El 28 de febrero de 1923, en un memorándum, criticó la falta de cooperación entre los comunistas que trabajaban en el transporte y los órganos locales del partido, y propuso una serie de pasos concretos para consolidar los contactos entre sí. Cuando el recién nombrado Presidente del Consejo Económico Supremo de la RSFSR, Semyon Lobov, señaló que los vínculos entre varios ejecutivos económicos, miembros del Partido y la organización del Partido de Moscú eran demasiado débiles, Dzerzhinsky lo apoyó y formuló propuestas para involucrarlos en el trabajo del Partido.

Lobov escribió sobre Dzerzhinsky: “Su deseo constante era establecer una conexión más estrecha entre los miembros del Partido que trabajaban en el Consejo Económico Supremo, los fideicomisos y los sindicatos, por un lado, y el Comité del Partido de Moscú y las fábricas de Moscú, por el otro. Estaba preocupado porque no todos se involucraban en este trabajo“.

Toda la obra de Dzerzhinsky fue un ejemplo de dedicación desinteresada a la causa del Partido Comunista. Su descripción resumida, guardada en los Archivos del Partido Central, afirma que como miembro del Comité Central del PCR (B), era un verdadero ejemplo de un comunista que trabajaba en estrecha colaboración con todos los rangos del Partido. Esta descripción concisa, pero exhaustiva, revela el aspecto principal de la obra de Dzerzhinsky, su profunda y sincera preocupación por el pueblo.

Feliks Kon, que conocía bien a Dzerzhinsky, dijo: “A la cabeza de la economía nacional, se dedicó con todas sus energías a impedir las más pequeñas desviaciones de la línea del Comité Central“.

Los escritos de Dzerzhinsky contienen fragmentos que revelan su profunda comprensión del papel del Partido Marxista-Leninista y sus formas de desarrollo. Es de gran interés su carta dirigida al Comité Central del Partido Comunista de Polonia, del 20 de enero de 1925, en la que escribió: “El desarrollo del Partido significa superar los errores, progresar de forma consciente, es decir, superar el conservadurismo, el dogmatismo… Las tradiciones del partido, su fuerza significa… moverse incesantemente hacia la realización de los últimos objetivos del comunismo“.

Esta fue la política que él mismo siguió en su obra.

Las opiniones y convicciones de Dzerzhinsky eran profundamente internacionalistas. Pero también era un patriota polaco que soñaba con una Polonia socialista y libre. El ex-Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de Polonia, Lenski, declaró: “Él [Dzerzhinsky] siempre fue el vínculo que conectaba el movimiento revolucionario en Polonia con la revolución rusa. Desempeñó ese papel desde la formación de la socialdemocracia del Reino de Polonia y Lituania hasta su muerte. Fue su visión de una Polonia compuesta por trabajadores y campesinos lo que le llevó a instar a los comunistas polacos a estudiar la experiencia de la revolución rusa. Siempre mostró interés por el Partido Comunista de Polonia“.

El Partido Comunista de los Trabajadores de Polonia (Partido Comunista de Polonia desde 1925) se formó el 16 de diciembre de 1918 como resultado de la unificación de la socialdemocracia del Reino de Polonia y Lituania y la izquierda del Partido Socialista Polaco. El mismo tipo de fusión tuvo lugar en el territorio de la Rusia soviética. Se formó un Comité Ejecutivo Central del Partido Comunista de los Trabajadores de Polonia en Rusia, y Dzerzhinsky se hizo miembro. A través del Comité, recibió información sobre la situación en Polonia y la labor del Partido. El 12 de julio de 1919, el Comité Ejecutivo Central del Partido Comunista de los Trabajadores de Polonia, en Smolensk, le envió una resolución del Comité Central para unirse a la Internacional Comunista. También recibió literatura comunista ilegal impresa en Polonia, panfletos, folletos y libros de contrabando en Rusia con gran dificultad.

De nuevo en Moscú, después del cese de las hostilidades en el Frente Occidental, en septiembre de 1920, Dzerzhinsky propuso al buró del Comité Central del PCR (B) que Jakub Dolecki fuese enviado a Berlín para establecer comunicación con los miembros del Partido Comunista de los Trabajadores de Polonia, especialmente, con Adolf Warski, quien, en octubre de 1920, fue nombrado por el Comité Central jefe de la Sección de Extranjería del Partido Comunista de los Trabajadores de Polonia. A través de esa sección, la Oficina Polaca del Comité Central del PCR (B), de la que Dzerzhinsky seguía siendo miembro, recibió informes periódicos sobre la situación en Polonia y sobre la labor del Partido.

Como muchos otros comunistas polacos, Dzerzhinsky consideraba que el trabajo en la Rusia Soviética era una buena escuela para los cuadros del Partido, y personalmente siguió la formación de los miembros del Partido Comunista de los Trabajadores de Polonia El 29 de octubre de 1920, pidió al buró del Comité Central que: “Manden 50 hombres de Polonia para que se formen con los cursos del Partido“. Nunca perdió interés en su patria y siempre pidió información de primera mano sobre Polonia, el Partido y sus necesidades.

Dzerzhinsky participó en muchos foros internacionales y fue el delegado del PCR (B) en el primer y segundo congresos de la Internacional Comunista.

En julio de 1921, asistió a las sesiones de la delegación polaca en el III Congreso de la Internacional Comunista, donde tuvo lugar una reunión entre camaradas que no se habían visto durante años.

En una de las sesiones de la delegación polaca se discutió los resultados de la labor del Comité Revolucionario Polaco Provisional. Expresando la opinión de los comunistas polacos y ex miembros del Comité, Dzerzhinsky criticó el liderazgo del Partido Comunista de los Trabajadores de Polonia, que no logró establecer relaciones con él. Expresando sus puntos de vista sobre las actividades del Partido, aconsejó a los comunistas polacos que hicieran un uso más amplio del trabajo legal y combinaran diferentes formas y métodos de acción revolucionaria. La delegación polaca también discutió la pertenencia al Partido. Un número de comunistas polacos, residentes en Rusia, eran miembros del PCR (B) y del PCTP. La propuesta de Dzerzhinsky sobre el tema fue aprobada y la delegación tomó la siguiente decisión: Aquellos que deseen ser considerados miembros del Partido deben someterse a la disciplina del PCR (B) y prestar apoyo material y moral al PCTP. Dzerzhinsky también estuvo presente en la reunión de la delegación polaca celebrada el 14 de julio tras la clausura del congreso y dedicada a la labor del PCTP en el ejército. Como la mayoría de los que hicieron uso de la palabra, abogó por la preparación minuciosa de las futuras batallas revolucionarias (esta fue también una de las resoluciones del III Congreso de la Internacional Comunista, dirigida a formar un solo frente contra el avance del capital).

Siguiendo de cerca el progreso de los acontecimientos en Polonia, Dzerzhinsky transmitió información al Comité Central del PCR (B). Después de recibir materiales sobre la campaña electoral en Polonia, el 13 de septiembre de 1922, los envió al Comité Central y solicitó que Prochniak, representante del PCTP, hiciera un informe sobre esta cuestión en la próxima reunión del Politburó del Comité Central.

Como resultado del terror y las represiones, miles de comunistas polacos fueron arrestados, y sus familias se quedaron sin ningún medio de sustento. En el verano de 1922, un grupo de comunistas polacos que vivían en la RSFSR, emitió un “Discurso a todos los comunistas polacos en las repúblicas soviéticas“. Fue firmado por Dzerzhinsky y por miembros prominentes de la clase trabajadora polaca como Julian Marchlewski, Stanislaw Bobinski, Waclaw Bogucki, Stanislaw Budzynski, Feliks Kon, Jakub Hanecki, Josef Unszlicht y Edward Prochniak. La carta decía: “El camino a casa está cerrado para nosotros, y nuestras filas se complementan con los que se han visto obligados a dejarla [Polonia] debido a las feroces persecuciones. Sólo tenemos un derecho, que nadie nos puede quitar. Es el derecho a expresar solidaridad y ayudar al proletariado polaco que lucha y a su líder, el PCTP“. La carta terminó con un llamamiento a la donación en beneficio del PCTP y los presos políticos.

Dzerzhinsky consideró importante que los comunistas polacos y los trabajadores polacos ayudasen a construir el socialismo en la URSS. Como jefe del Comisariado del Pueblo para el Transporte y después del Consejo Económico Supremo, trató de involucrar a los polacos que él conocía personalmente en las actividades de estos organismos, creyendo que el trabajo en la economía soviética prepararía a los trabajadores y campesinos de Polonia para trabajos similares en el futuro. En 1923, los comunistas polacos que habían sido liberados de las cárceles llegaron a la URSS en un programa de intercambio. Dzerzhinsky encontró a uno de ellos, Henryk Brand (Lauer), un trabajo en el aparato del Consejo Económico Supremo. Jan Tannenbaum y Zdislaw Leder también estaban trabajando allí. Los comunistas polacos iniciaron una campaña para recaudar fondos para escuelas polacas. Dzerzhinsky, así como otros comunistas polacos, contribuyeron a ello.

El Partido Comunista de los Trabajadores de Polonia apreció la ayuda y el asesoramiento de Dzerzhinsky. A principios de 1923, los dirigentes del Partido decidieron invitarlo junto a Marchlewski, Kon y Unszlicht a su II Congreso, que se celebró en septiembre de 1923 en Bolshevo, cerca de Moscú. También participaron representantes de la Internacional Comunista, del Comité Central del PCR (B) y de otros Partidos Comunistas.

La aparición de Dzerzhinsky en el congreso provocó una tormenta de aplausos. Alejandro Lenovich, veterano del movimiento comunista polaco y delegado del II Congreso del PCTP, escribió: “Felix Dzerzhinsky fue para todos nosotros una figura legendaria, la personificación del lema ‘¡Por vuestra libertad y la nuestra!’ Un hijo del pueblo polaco que se convirtió en una de las figuras de la Gran Revolución Socialista de Octubre, un terror para los contrarrevolucionarios, uno de los más cercanos colaboradores de Lenin. Le pedimos que hiciera un discurso, pero rehusó alegando que había perdido contacto con los problemas actuales del movimiento obrero polaco. No tenía ganas de hablar desde la tribuna del Congreso, pero habló con los camaradas Adolf Warski, Henryk Walecki, el “viejo Marcin” (Grzelszczak) y Kraiewski sobre las diversas cuestiones que eran vitales para el movimiento [obrero] polaco. Recuerdo que les decía a los hombres que lo rodeaban que debían cambiar drásticamente su actitud hacia la cuestión agraria. Hizo una serie de comentarios críticos sobre la posición adoptada por la socialdemocracia del Reino de Polonia y Lituania sobre esta cuestión, diciendo que si hubiéramos reconocido el significado del eslogan de Lenin sobre la alianza de los trabajadores y los campesinos, antes y durante la guerra, ahora tendríamos una Polonia socialista, independiente de los estados imperialistas. Dzerzhinsky dijo que era necesario examinar la cuestión de las nacionalidades con mucho cuidado para que “una vez más, no cometamos un error al considerar esta cuestión“.

Dzerzhinsky asistió al V Congreso de la Internacional Comunista celebrado en junio-julio de 1924. Como miembro de la delegación del PCR (B), también fue miembro de la Comisión Polaca bajo el Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista.

Dzerzhinsky examinó seriamente la posición económica de Polonia y las condiciones de sus trabajadores. En noviembre de 1925, Dzerzhinsky analizó la posición internacional del país, su situación financiera y la condición de la clase obrera y el campesinado para determinar el trabajo que debía realizar la Comisión Polaca. El 11 de febrero de 1926, en un discurso en la 23ª Conferencia Extraordinaria del PCUS (B) en Leningrado, Dzerzhinsky habló sobre la difícil situación económica que vivían el proletariado y el campesinado polacos y que se debía a las políticas criminales de los círculos gobernantes.

El 10 de mayo de 1926, un gobierno encabezado por Wincenty Witos, líder del partido kulak Piast, llegó al poder en Polonia. Esto provocó un descontento aún mayor entre la población. Aprovechando la situación, el líder reaccionario Josef Pilsudski, apoyado por el Partido Socialista Polaco y los partidos campesinos Wyzwolenie y Stronnictwo chlopskie, llevó a cabo un golpe fascista a mediados de mayo.

Las masas de obreros, campesinos e intelectuales fueron engañadas por los dirigentes del Partido Socialista Polaco y del Partido Wyzwolenie, que había construido la imagen de Pilsudski como “el salvador de la patria” y un “demócrata”. Los líderes del Partico Comunista de Polonia y sus activistas, al no darse cuenta de que el golpe era esencialmente fascista, lo apoyaron, y su órgano Czerwony Sztandar incluso llamó a la lucha armada para defender a Pilsudski. Dzerzhinsky estaba gravemente preocupado por la situación en Polonia. En abril de 1926, escribió a Waclaw Bogucki, representante del Partido Comunista de Polonia en el Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista: “La consigna a favor de Pilsudski es, en mi opinión, inadmisible y no tiene nada en común con la bolchevización del partido. Significará el fin del Partido Comunista de Polonia como partido de la clase obrera“.

Oponiéndose a Pilsudski en los días del golpe, Dzerzhinsky trató de mostrar al mismo tiempo lo que los trabajadores y campesinos polacos pudieron haber logrado en un país con una sociedad socialista. En su carta a los obreros de Dovbysn, habló de la importancia del esfuerzo realizado por los trabajadores en la región polaca de Ucrania, e instó a que “trabajen de tal manera que podamos enviar una delegación de trabajadores y campesinos polacos a visitarles, para que tengan algo que contar, al regresar al país, a los obreros y campesinos polacos“.

Dzerzhinsky hizo hincapié en la necesidad de educar a los comunistas polacos y al pueblo trabajador en general en el espíritu del internacionalismo, y ayudarles a fortalecer su amistad con los rusos y otras naciones de la Unión Soviética. Les recordó repetidas veces las tradiciones de la alianza revolucionaria polaco-rusa, y les instó a aprovechar el ilustre pasado de la clase obrera polaca.

Dzerzhinsky participó en una amplia gama de actividades como estadista. Fue miembro del Comité Ejecutivo Central de todas las Rusias y del Comité Ejecutivo Central de la URSS, del Consejo de Comisarios del Pueblo y del Consejo de Trabajo y Defensa, y encabezó varias comisiones gubernamentales importantes o fue miembro de ellas.

Valerian Kuibyshev escribió: “No había una rama de la economía o un sector de la actividad estatal en general de la que Dzerzhinsky no sabía, en la que no estaba interesado”.

Dzerzhinsky hizo una importante contribución al trabajo de las organizaciones públicas, especialmente de los sindicatos. Hablaba con frecuencia en los congresos y conferencias sindicales y en las sesiones plenarias del CC de las filiales de los sindicatos.

Junto con Konstantin Tsiolkovsky, Friedrich Tsander y otros distinguidos científicos e ingenieros, Dzerzhinsky fue elegido para el Presidium de la Sociedad para el Estudio de los Problemas de las Comunicaciones Interplanetarias, creada en 1924.

En noviembre de 1925, saludó el encuentro inaugural de la Sociedad de Amigos del Cine Soviético: “‘Llevar el cine y la radio a las aldeas y a las comunidades obreras’, que este sea tu lema, que el cine y la radio ayuden a superar rápidamente nuestro atraso cultural” . Dzerzhinsky fue elegido Presidente de la Sociedad. En un discurso pronunciado en la sesión plenaria del Consejo de la Sociedad, habló de la necesidad de prestar asistencia práctica para promover la construcción de salas de cine, especialmente en las afueras del país, aldeas y zonas con una población predominantemente obrera, y prestar asistencia financiera regular a la industria cinematográfica.

Durante varios años, hasta su muerte, Dzerzhinsky fue jefe del consejo de administración de la primera sociedad de transportes, y en 1925-26, vicepresidente del consejo de administración de la sociedad Aviakhim de la URSS para ayudar en la defensa, la aviación y la construcción química.

En respuesta a una de las preguntas de un cuestionario distribuido entre los delegados del X Congreso del Partido: “¿Cuáles son sus oficios o profesiones?“, Dzerzhinsky escribió: “Sólo soy un revolucionario“. Y, sin importar lo que hiciera, siempre siguió siendo un revolucionario, con un enfoque creativo revolucionario de todo el trabajo con el que estaba comprometido. Clara Zetkin escribió acerca de Dzerzhinsky: “En él destaca una característica: sus convicciones revolucionarias, cuya intensidad ardiente desarrolló las excepcionales cualidades de Dzerzhinsky. Estas convicciones eran una obligación primaria y sagrada para él. Amable y simpático por naturaleza, podía e incluso se veía obligado a ser severo, duro e implacable hacia los demás, pues, aun sirviéndoles, era incomparablemente más severo, más duro y más implacable hacia sí mismo“. En su trabajo, Dzerzhinsky buscó invariablemente el apoyo a la clase obrera, y también consideró el impulso de sus intereses de primordial importancia. Creyendo firmemente en el poder del esfuerzo creativo colectivo, siempre planteó preguntas de gran importancia para debatir entre los comunistas, directivos y trabajadores; A menudo, estas discusiones eran más como conversaciones de corazón a corazón. Pero Dzerzhinsky nunca trató de responder al pensamiento atrasado típico de ciertos estratos de la población trabajadora. Cuando hablaba ante los trabajadores sobre los temas más actuales, siempre era franco y nunca trataba de embellecer las duras condiciones del país en esos años. Escuchando a Dzerzhinsky, los trabajadores se sintieron impregnados de una profunda confianza en lo que estaban haciendo, en los objetivos fijados por los comunistas, y se convirtieron en seguidores aún más conscientes y firmes de los bolcheviques.

Bajo las duras condiciones reinantes durante la reconstrucción de la economía, Dzerzhinsky nunca olvidó las cuestiones de las condiciones materiales de los trabajadores y de su vida cotidiana. Una cosa que hizo, fue abrir comedores casi gratuitos para ellos. Aceptó voluntariamente convertirse en miembro del Consejo del Narpit.

Dzerzhinsky, en una de las primeras reuniones de la Presidencia de la Unión Soviética, el 5 de marzo de 1924, consideró la cuestión de abrir comedores baratos para trabajadores. El Presidium reconoció el gran alcance de las actividades del Narpit.

Dzerzhinsky también deseaba construir más viviendas para los trabajadores. El 25 de abril de 1924, el Consejo de Trabajo y Defensa lo nombró presidente de una comisión encargada de preparar un proyecto de resolución para la promoción de la construcción cooperativa de viviendas para los trabajadores y el establecimiento de un comité permanente para este fin. Su resolución fue aprobada el 21 de mayo.

El 21 de agosto de 1924, el Consejo de Comisarios del Pueblo de la URSS aprobó un decreto que otorgaba a Dzerzhinsky el derecho de vender objetos de valor confiscados y, con el dinero recaudado, abrir un fondo para la construcción de viviendas para trabajadores. El 20 de enero de 1925, el Consejo de Comisarios del Pueblo decidió dar a Dzerzhinsky el control de este fondo, y formar una oficina, encabezada por él, que supervisaría la construcción de vivienda para los trabajadores.

Como las asignaciones estatales para las viviendas eran insuficientes, Dzerzhinsky recomendó construir viviendas individuales y grupales otorgando créditos a los trabajadores para ese fin. Se opuso a gastos injustificados en la construcción y abogó por el uso de materiales más baratos, la mecanización y las innovaciones extranjeras. Sugirió que los diseños de modelos estándar para la vivienda se desarrollasen teniendo debidamente en cuenta el precio de los materiales, la durabilidad de las casas y su ubicación geográfica; también insistió en la necesidad de un control público sobre la construcción de viviendas.

Dzerzhinsky siempre mantuvo un estrecho contacto con el pueblo. Mazhimilian Saveliev, editor del “Torgovo-promyshlennaya gazeta” (Periódico comercial e industrial), escribió: “Todo el mundo conocía esas ‘nuevas palabras’, esas campañas ambiciosas que él tan apasionadamente avivaba con el ‘horno’ de su corazón, un poderoso esfuerzo, energía y voluntad…

Y todavía se las arreglaba para mantener un estrecho contacto con las grandes masas de obreros revolucionarios, apelar a la conciencia de clase del proletariado sobre la base de su enfoque verdaderamente leninista para abordar los principales problemas de la revolución“.

Muchos trabajadores de alto rango enviaron cartas a Dzerzhinsky que contenían expresiones de gratitud por el cuidado y la atención que invariablemente mostraba, y su coraje y determinación en la campaña contra los enemigos del estado soviético. Muchas de esas cartas fueron impresas por periódicos y revistas. Por ejemplo, esta carta de los empleados de una Fábrica Mecanizada que fue firmada por 80 personas.

Estimado camarada Dzerzhinsky,

Nosotros, trabajadores y empleados de la fábrica, nos dirigimos a usted, nuestro camarada, que se ha dedicado a la defensa de los derechos de los trabajadores, campesinos y de todos los ciudadanos honestos y trabajadores de la RSFSR.

Con vuestra infatigable e inagotable labor, y con el apoyo de todos los obreros, habéis erradicado la contrarrevolución y, gracias a ello, tenemos la oportunidad de dedicarnos a la reconstrucción de la economía socavada que los trabajadores hemos heredado de la burguesía, en particular, reconstruir nuestro sistema de transporte, que usted, querido camarada Dzerzhinsky, dirige…

Como muestra de nuestro respeto, por favor, acepte nuestro modesto regalo, un encendedor con la inscripción: ‘Al patrón de la Fábrica Mecánizada, el camarada Dzerzhinsky, de parte de los obreros de la fábrica’. Queremos que sepa que, a su llamada, estamos en todo momento dispuestos a defender los derechos de los trabajadores y campesinos y completar los sectores clave de nuestro frente de producción para reconstruir el sistema de transporte tan importante de nuestra joven república. Estamos seguros que usted se encargará de nuestro transporte destruido, lo reconstruirá y lo restaurará por completo. Tenemos esta convicción porque usted han demostrado, a través de acciones, su dedicación a la clase obrera cuando lucha contra todos los enemigos de los trabajadores y ya ha hecho mucho para restaurar el sistema de transporte.

¡Larga vida a la revolución mundial!:

¡Larga vida a nuestro líder el camarada Dzerzhinsky!

Dzerzhinsky recibió cartas no sólo de los trabajadores, sino también de los campesinos. Sus autores apreciaron especialmente la campaña por la prosperidad iniciada por él. He aquí un extracto de una de estas cartas: “¡Querido camarada Dzerzhinsky! En nombre de los campesinos de una aldea lejana, permítame expresarle mi gratitud proletaria por el ahorro económico que nos salvará. Cuídese y que en el futuro tome más pasos de este tipo destinados a salvar los logros de la revolución… Sea audaz, nosotros los campesinos estamos con ustedes y para ustedes. Saludos proletarios del campesino Ivan Zyuganov“.

Dzerzhinsky tenía un raro don para descubrir a las personas adecuadas a las que nombrar para puestos importantes. Una intuición infalible desarrollada a lo largo de años de trabajo partidario le ayudó a dar evaluaciones precisas de las capacidades laborales de las personas y las convicciones políticas. “El trabajo será exitoso“, dijo Dzerzhinsky en Jarkov en mayo de 1926, “si se confía a personas que les guste y sepan cómo hacerlo“.

Cuando estuvo en Siberia en 1922, Dzerzhinsky se reunió con Leonid Kazakov, que un tiempo antes había sido transferido del transporte a otro trabajo. Hablando con él, Dzerzhinsky se convenció de que el hombre solía disfrutar de su trabajo en el transporte y estaba ansioso por participar en su reconstrucción. Dzerzhinsky escribió acerca de él al Comisariado del Pueblo para el Transporte, adjuntando una corta biografía del hombre: “Produce una impresión muy favorable, es una persona enérgica, honesta y responsable. Le pido que recoja rápidamente información sobre él. En cualquier caso, lo envío a Moscú… para que le conozca personalmente“. Dzerzhinsky nunca perdió la oportunidad de obtener ayuda de gente dispuesta y útil, pero al mismo tiempo, fue muy cauteloso al seleccionar nuevo personal. Era particularmente considerado con aquellos que habían prestado un importante servicio a la revolución y a la clase obrera. Una de estas personas fue Yevgeny Losevich, a quien Kuibyshev había conocido bien durante su exilio.

A Dzerzhinsky le gustaba pasar tiempo con sus subordinados y se ocupaba de darles ‘oportunidades’ de progresar. Vladimir Knyazev, que era secretario del Comisariado del Pueblo para el Transporte, dijo que, en el momento en que Dzerzhinsky veía a un trabajador capaz y dotado, investigaba las condiciones de su vida cotidiana y sus necesidades y seguía interesándose por él por mucho tiempo después.

Dzerzhinsky era considerado y amable, pero también extremadamente exigente con su equipo. Además de tener conversaciones con él, a menudo le enviaba notas cortas. Se conservan un gran número de ellas en los archivos. “He adoptado esta forma de contactos con los miembros del equipo“, explica, “porque los contactos personales y los contactos en las conferencias son insuficientes, y también porque es más fácil dar una forma más precisa a una idea y dar instrucciones en una nota, lo que ayuda a que nuestro enorme equipo se forme como un puño fuerte“.

Dzerzhinsky investigó cada caso de abuso o negligencia desde una posición oficial y cada situación difícil en un sector en particular. Dondequiera que trabajase, lograba crear una atmósfera de confianza y fraternidad en las relaciones entre los empleados, y se esforzaba por fomentar la iniciativa. Vyacheslav Menzhinsky escribió que: “Todos sus compañeros tenían una gran responsabilidad en su trabajo. Esto se puede explicar por el hecho de que, como organizador dotado y atrevido, alentó la independencia de los empleados y por esta razón prefería, en la mayoría de los casos, concluir un argumento con las palabras: “Haz lo que mejor te parezca, pero recuerda que eres el responsable de el resultado“.

Era habitual que, después de escuchar una serie de opiniones sobre un tema complicado y polémico, solicitara aplazar la toma de decisiones durante dos o tres días para reflexionar mejor. Siempre estaba luchando contra “vestir las ventanas”, mostrar al exterior que el trabajo real perjudicaba, y criticó la falta de voluntad de un empleado para estudiar a fondo un asunto y adquirir nuevos conocimientos.

En un memorando del 6 de diciembre de 1923, Dzerzhinsky nombró una de las cualidades más valiosas en una persona, “ser honesto por encima de todo, y escoger gente honesta que esté lista para promover la gran causa haciendo ‘pequeñas cosas‘”.

Ivan Radchenko escribió sobre Dzerzhinsky en sus memorias: “Era fácil trabajar con él, era franco, sincero, trabajador, decidido y dedicado a lo que estaba haciendo. Además, siempre fue educado, discreto y considerado“.

Entre las muchas cualidades de Dzerzhinsky como líder y hombre nuevo del sistema socialista, estaban su iniciativa y apertura a todo lo nuevo. Fue él quien planteó muchos asuntos importantes relacionados con la economía, estatales y del Partido ante el Comité Central del Partido y el Gobierno Soviético. Dzerzhinsky apoyó vigorosamente cada idea nueva y valiosa, cada iniciativa útil. Fue responsable del lanzamiento de una serie de nuevas y prometedoras industrias. Él mismo, un hombre de grandes principios y honestidad escrupulosa, era intolerante a cualquier abuso de las leyes soviéticas, el proteccionismo y el nepotismo.

La hermana de Dzerzhinsky, Jadwiga, describió en sus memorias a un jefe universitario que, al mismo tiempo que trabajaba en la universidad, ocupaba un puesto de alto nivel en el ferrocarril Moscú-Kazan. Éste quería promover a Jadwiga a inspector itinerante de ese ferrocarril, lo que habría aumentado su salario. Jadwiga se lo comunicó a su hermano y este se puso muy furioso. Emitió la siguiente orden: “En ningún caso se nombre a mi hermana a esta posición tan responsable, ya que es incapaz de hacer el trabajo debido a la falta de calificaciones necesarias; contactaré inmediatamente con el responsable directo del ferrocarril de Kazan y le diré que el jefe de la universidad está tratando de mostrar favoritismo a un empleado sin siquiera cuestionar su conocimiento del trabajo“.

Otra de las características de Dzerzhinsky era su capacidad de hablar, tenía un don como conversador ingenioso. El ingeniero Ivan Bardin, distinguido científico del metal y vicepresidente de la Academia de Ciencias de la URSS, relató sus impresiones sobre Dzerzhinsky en una reunión en los teatros de Járkov: “Jamás había escuchado a un orador tan ardiente, un luchador político de ese calibre, cuyas palabras, al parecer, se originaron en su propio corazón, surgieron de las profundidades cristalinas del alma humana. Miré a la gente que había ido sin afeitarse, agotada y demacrada, pero segura de la victoria, borracha de la verdad con la que Dzerzhinsky los quemó como con una llama“.

Dzerzhinsky vivió una vida modesta. Entregó un estuche de plata que le regalaron en 1922 los trabajadores de los ferrocarriles al fondo de ayuda para los hambrientos, considerando que era inadmisible utilizar un artículo tan costoso. Al enterarse de que el ferrocarril de Semirechye en Turkestán había sido bautizado con su nombre sin su consentimiento, se opuso y escribió al Consejo de Comisarios del Pueblo pidiendo que se reconsiderara esta decisión.

Felix era muy modesto en su vida privada“, recordaba su esposa. “Más de una vez me dijo: ‘Los comunistas debemos vivir de tal manera que los trabajadores puedan decir que estamos usando el poder y la revolución no para nosotros mismos, sino para la felicidad y el bienestar del pueblo“.

No cuidaba su salud, aunque sus médicos le exigían que siguiera una dieta y un régimen. Este es uno de los ejemplos de la excepcional modestia de Dzerzhinsky, que tuvo lugar durante su viaje a Siberia en 1922. “Una vez“, escribió Dmitry Sverchkov, “cuando Dzerzhinsky y yo estábamos sentados en un vagón, alguien le trajo un vaso de leche. Dzerzhinsky estaba muy avergonzado… Consideraba la leche un lujo absolutamente inadmisible, una extravagancia imperdonable bajo las duras condiciones de vida que prevalecían en ese momento“.

Dzerzhinsky casi nunca dedicaba tiempo al descanso. Incluso cuando estaba de vacaciones, seguía trabajando, redactaba cartas y memorandos y pedía a Moscú que le enviara todo tipo de documentos. Aquellos raros momentos en que descansaba, los dedicaba a disfrutar de las bellezas de la naturaleza. Le gustaba nadar en el mar, remar y cabalgar. Disfrutaba de la ficción y tenía un buen conocimiento de los clásicos rusos y polacos. También le encantaba y tenía un buen oído para la música.

Todos los que lo conocían sucumbieron a su encanto. Menzhinsky escribió acerca de él: “Por naturaleza, era un hombre muy atrayente y encantador, con un alma tierna, orgullosa y pura“.

Como regla general, Dzerzhinsky se abstenía de quejarse de su salud. Pero una vez, cuando se le pidió que escribiera lo que recordaba sobre un miembro del Partido, dijo: “Estoy tan agotado, cansado y enfermo que no puedo escribir absolutamente nada“. Y de hecho, su extenuante y desinteresado trabajo afectó a su salud y sufrió frecuentes ataques cardíacos. El Comité Central emitió en varias ocasiones resoluciones que le obligaban a seguir un régimen y a descansar.

El 11 de diciembre de 1924, al considerar la cuestión de la salud de Dzerzhinsky, el Politburó del Comité Central decidió que debía trabajar sólo cuatro días a la semana y asistir a las reuniones del Consejo de Comisarios del Pueblo sólo cuando se discutiera algo de excepcional importancia. Por decisión del Politburo del Comité Central, el 18 de diciembre, Dzerzhinsky recibió una licencia de dos semanas por insistencia de los médicos. Posteriormente se adoptaron decisiones similares.

Sin embargo, la tensión en el trabajo de Dzerzhinsky siguió aumentando, llegando a su clímax el martes 20 de julio de 1926, cuando pronunció un apasionado discurso en la reunión plenaria del Comité Central. Los representantes de la oposición estaban tratando de pintar un panorama distorsionado del desarrollo económico del país, y era muy necesaria una fuerte y justificada reprimenda para colmar sus esperanzas y exponer sus errores. El informe de Dzerzhinsky hizo precisamente eso. Pero incluso mientras hablaba, sentía un dolor agudo en su corazón. Sin embargo, continuó hasta terminar su discurso y así ayudó al Comité Central a alcanzar una evaluación sana de la posición económica del país.

Después de su discurso, entró en la habitación de al lado y se acostó en un sofá. Aún sintiéndose desesperadamente enfermo, convocó a los participantes en la sesión plenaria y los interrogó sobre el progreso del debate. Cuando se sintió algo mejor, los médicos le permitieron caminar hasta su apartamento, que estaba en un edificio al lado de la Cámara de Armería frente al Gran Palacio del Kremlin, donde se celebraba la reunión plenaria. Una vez en su dormitorio, se desmayó y murió al instante. Su muerte ocurrió a las 4.40 p.m.

El Comité Central del Partido anunció la muerte de Dzerzhinsky con un discurso, “A todos los miembros del Partido. A todos los trabajadores. A todo el pueblo. Al Ejército Rojo y la Marina“. “Hoy, el Partido ha sufrido una gran pérdida. Un ataque cardíaco se ha llevado la vida del camarada Dzerzhinsky, azote a la burguesía, caballero dedicado del proletariado, el más noble luchador de la revolución comunista, un incansable constructor de nuestra industria, trabajador perenne y soldado indomable de grandes batallas…

El Partido ha perdido a uno de sus líderes más sobresalientes y heroicos… Su noble figura, su valor personal, sus principios profundos sobre todos los temas, su honestidad y honradez excepcional le han dado un enorme prestigio. Su servicio es tremendo. No se puede sobreestimar.

…Su trabajo fue ejemplar. La suya fue una vida maravillosa, magnífica. Su muerte, la muerte de un soldado servicial, también fue magnífica.

…Hacemos un llamamiento a todos los trabajadores, a todos los proletarios, para que presten sus últimos respetos al luchador cuyo nombre nunca será olvidado, cuya causa conquistará el mundo.

¡Viva el comunismo!;

¡Viva nuestro Partido!

La dirección del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista expresó el profundo pesar de la comunidad internacional de comunistas, del proletariado mundial.

En la URSS, organizaciones del Partido y grupos de empleados enviaron al Comité Central del Partido, al Comité Ejecutivo Central y al Consejo de Comisarios del Pueblo cartas y telegramas de condolencia que expresaron su profunda pena y la sincera gratitud que sentían hacia Dzerzhinsky por todo lo que había hecho por la victoria de la revolución y la construcción del socialismo en el país.

Los trabajadores de Bryansk, que se habían reunido para recordar a Dzerzhinsky, escribieron en un telegrama; “Que todos los enemigos y calumniadores recuerden que Dzerzhinsky será, para siempre, un ejemplo de energía inagotable y voluntad indomable para la clase obrera en la realización de las ideas de Lenin“.

Un telegrama definía a Dzerzhinsky como “el símbolo de la conciencia revolucionaria y voluntad del proletariado“. El telegrama enviado por el Comité Central del Partido Comunista de Alemania decía: “Para nosotros, los comunistas alemanes, Dzerzhinsky también era el símbolo del compromiso revolucionario con el deber…” El telegrama de la dirección del Partido Comunista Sueco lo definió como “uno de los mejores líderes del proletariado mundial“.

Dzerzhinsky fue enterrado en la Plaza Roja, junto al Mausoleo de Lenin. Para perpetuar la memoria de Dzerzhinsky, el Consejo de Comisarios del Pueblo de la URSS decidió construir un refugio para niños sin hogar, que tendría la forma de una comuna de trabajo industrial. El Instituto de Moscú para los ingenieros del transporte fue rebautizado con su nombre. El Comisariado del Pueblo para la Educación Pública recibió instrucciones de publicar sus obras en colecciones adecuadas para un amplio número de lectores.

Han transcurrido ciento diez años desde el nacimiento de Dzerzhinsky, más de sesenta años han pasado desde su muerte, pero conserva un lugar de honor en la comunidad de luchadores por el progreso social, por la victoria del comunismo.

Dzerzhinsky fue uno de los luchadores por la felicidad del pueblo que Lenin describió en 1910: “El proletariado necesita saber la verdad acerca de los líderes políticos, ya estén vivos o muertos, porque aquellos que realmente merecen ser llamados líderes políticos no mueren en lo que respecta a la política“.

La vida y la obra revolucionaria de Dzerzhinsky fueron ejemplos de servicio dedicado a la causa de la clase obrera y de todos los trabajadores, ejemplos para futuras generaciones de ciudadanos soviéticos.

 

 

Traducido por “Cultura Proletaria” de “Felix Dzerzhinsky: a biography”, Progress Publishers Moscow, 1988.

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