Tras 33 años en los que el país caribeño ha sido considerado un patrocinador del terrorismo por el Gobierno de los Estados Unidos, el Estado cubano ya no realiza ninguna actividad que incluso merezca le sea dedicado un capítulo en el informe anual del Departamento estadounidense de Estado sobre países patrocinadores del terrorismo.
«Se evaluó que no había suficiente información allí para proporcionar un informe este año sobre Cuba», dijo el miércoles Justin Siberell, coordinador interino del Departamento estadounidense de Estado para la lucha antiterrorista, citado por el diario estadounidense Miami Herald.
Este hecho se produce después de que el informe de 2015, publicado en junio de 2016, incluyera varios párrafos sobre Cuba en la sección sobre el Hemisferio Occidental, aunque en los mismos no se expresó preocupación alguna en torno a la cuestión de que se desarrollara algún tipo de actividad terrorista en la isla o que esta nación latinoamericana apoyara el terrorismo, por lo que, en ese entonces, ya se dejó fuera a La Habana de la lista negra.
No obstante, el informe de 2016, publicado el miércoles, en modo alguno menciona al país caribeño, ya que, conforme a lo declarado por Siberell, el Departamento de Estado de EE.UU. no encontró información relevante sobre Cuba.
Este reconocimiento por parte del Gobierno estadounidense contraviene la postura del presidente estadounidense, Donald Trump, quien el pasado 16 de junio anunció su decisión de revertir los avances logrados por su predecesor, Barack Obama, en el acercamiento a Cuba.
Mencionar que EE.UU. y Cuba iniciaron a finales de 2014 un proceso para normalizar sus relaciones bilaterales tras más de medio siglo sin lazos diplomáticos. Ambas partes rubricaron más de 20 acuerdos en áreas económicas, migratorias, así como de seguridad marítima y de protección ambiental.