Cuesta, duele escribir. Y más si lo es para describir una situación que amenaza con empeorar el desolador panorama dejado por las matanzas islamistas de Barcelona y Cambrils. Con 15 muertos, más de un centenar de heridos no ha habido ni un solo momento para el verdadero respeto, el recogimiento, el luto y la reflexión.
El mensaje de noTincPor ya es una verdadera declaración de intenciones. El conglomerado segregacionista encabezado por la Generalitat, y resto de fuerzas supremacistas, seguidas de cerca por el Ayuntamiento de Barcelona y demás fuerzas vivas del régimen (asociaciones, confesiones, agrupaciones religiosas, de otros credos todas unidas por el conservadurismo, el odio al diferente, y al discordante, el amor al separatismo y a las subvenciones públicas han centrado sus esfuerzos y medios en llevar la batalla al campo de las emociones. Emociones una vez más, inducidas y dirigidas desde instancias oficiales.
Los nacionalistas volvieron a pasar por dos cuerpos al gobierno. Que cedió todo el protagonismo a las autoridades ultranacionalistas catalanas. Haciendo una dejación absoluta de sus funciones. Pues el terrorismo es una competencia estatal en cualquier parte del mundo. La colaboración tan cacareada entre fuerzas policiales como cualquiera que tenga poco tolerancia al cinismo sabe, no ha existido. La explosión del taller de bombas de Alcanar es desde luego mucho más que un lapsus, del que existen demasiadas pruebas como para negarlo, así como implicaciones políticas que exigen responsabilidades no sólo de índole administrativo.
Desde los primeros comunicados de la Generalitat hasta la manifestación prevista para mañana, todo ha seguido las directrices impuestas por el nacionalismo, que ha salido vencedor del pulso con el estado. Al que ha vuelto a ridiculizar, hiriendo una vez más la igualdad, seguridad, respeto y legalidad de todos los españoles. Las palabras del Conceller de Interior catalán distinguiendo entre víctimas españoles y catalanes son otro albadonazo contra la convivencia.
Si bien es cierto que desde el gobierno se ha insistido en empeorar la situación. Por encima de todos el ministro de Interior debería haber sido cesado, por sus insensatas declaraciones en las que daba por desarticulado el comando integrista, cuando faltaban tres miembros por detener. Entre ellos el conductor de la furgoneta, felizmente abatido por los mossos. En una operación que sin duda de haber sido ejecutada en las mismas condiciones por la policía nacional o por la guardia civil todavía ocuparía las portadas, debates y hubiera sido protagonista de la sesión parlamentaria celebrada el día de hoy.
El papel residual tanto del presidente del gobierno, como de su muy sobrevalorada vicepresidenta y las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado abonó el terreno para la campaña nacionalista de la Generalitat que tomó cuerpo con el muñeco de trapo del supremacismo catalán, me refiero a José Luís Trapero, Jefe de la policía autonómica catalana. Que de forma inédita en España, y podría decirse que en Europa, apareció como un héroe ante las cámaras, por unos aciertos que sólo corresponden a sus agentes, en ningún modo a la organización policial que dice dirigir nominalmente.
Contrasta poderosamente la sobreexposición de su figura, cuando lo normal es que instancias políticas o judiciales sean las que se encarguen de informar. Delegado el gobierno, Presidente, Fiscal son quienes debieran llevar la voz cantante en la comunicación de los fallecimientos, daños y operaciones en curso.
Trapero, un hombre que nunca habría llegado a este puesto por sí mismo. Su patente ignorancia del catalán le invalidarían para aprobar las pruebas de acceso, en esto se asemeja a Rufián y a Colau. Bochornoso el capítulo con un periodista holandés por el uso del catalán. Muy sintomático del acomplejamiento y taras presentes en la Cataluña postpujoliana digno de estudios psicológicos.
Todos ellos son cachorros crecidos a la sombra y prebendas del régimen nacionalista con poco pedigrí Son también mascotas para poder presentarse en las zonas de Cataluña «étnicamente» inconvenientes, con la grosería del latifundista que les dice a sus siervos, «Somos como vosotros». Tan tribal y viejo como el mundo.
A la vez resulta útil para engañar a parte de la opinión pública menos alfabetizada del resto del país. Especialmente al votante de izquierdas a quien el nacionalismo utiliza y engaña a su antojo. Un tonto útil del que recela, al que desprecia pero que siempre le brinda grandes servicios.
Pero volvamos al tema central, ninguno de estos personajes resulta relevante. Sólo tiene más o menos importancia en función de la utilidad que aporten al tacticismo golpista de la Generalitat. Pese a las muchas mentiras, y los continuos cambios de opinión propiciadas por acusaciones y pruebas contrastadas del exterior, las acusaciones del alcalde belga, las declaraciones del primer ministro italiano por la falta de bolardos en las Ramblas, las notificaciones de la Europa que acreditan a los mostos como policía colaboradora han propiciado un efímero cambio de tercio.
De ahí la aceptación de la instalación de tiestos tras varias negativas e incluso la negación de la existencia de comunicados escritos de la policía nacional, o achacar su ausencia a la propia por parte del Ayuntamiento de Barcelona. Las mezquinas declaraciones del Conceller de Interior y presidente de la Generalitat catalana en las que se loa la muy precaria colaboración que tanto agradece el gobierno, les sirven de perfecta coartada moral y política para su plan. Parecer razonables ante el escenario foráneo para unir fuerzas centrípetas y volver al ataque. De ahí que siguieran con afirmaciones como los mossos son policía de un estado propio que no necesitan a nadie, las difamaciones e insultos a las capacidades y competencias a las policías de ámbito nacional, y finalmente el reconocimiento del mismo Presidente de la Generalitat Catalana Puigdemont de que el proceso seguirá, y que ya se disponen de 6000 urnas para el referéndum de autodeterminación. Botón de muestra de la importancia y respeto concedidos a las víctimas. Las múltiples muestras de rechazo a la presencia de manifestantes de otros puntos de España, los llamamientos de ANC el sindicato vertical nacional separatista a portar banderas esteladas (ese trapo fascista) con crespones negros, la convocatoria de manifestaciones alternativas, es decir que rechazan la presencia y autoridades estatales corroboran la deriva catalanista. La que se vende como libertad, de país solidario, y ciudad abierta.
La figura del rey, resulta en su proceder más que lamentable. Tanto por sus estúpida adhesión al eslogan golpista de #Notincpor como por sus fotografías con niños, que están a medio camino entre el paternalismo del rey de principios del siglo XX que inauguraba hospicios y el del personaje del HOLA de nuestros días.
Su presencia tanto en los primeros días como mañana en la manifestación, en su debilidad sólo da más armas al separatismo para insultarle y despreciarle, no tanto por la naturaleza de su cargo sino por lo que representa.
Con el vinieron el resto de políticos nacionales como meros invitados, sin mayor trascendencia que las visitas de los ministros franceses o alemanes. Otro triunfo para el movimiento separatista catalán , que se jacta de la evidencia de su preponderancia sobre los representantes y fuerzas del estado mientras que desde otras instancias se prefiere obviar e insistir en la coordinación de las policías y en la unión , la paz y la solidaridad. Como si estos fuesen actores en este escenario.
La solidaridad nacional con innecesarias adhesiones a los mantras nacional-identitarios no han sido valoradas ni difundidas por las autoridades ni medios catalanes. El nacionalismo vio una segunda oportunidad para reforzarse, por la ausencia de estado, el sometimiento de guardia civil y policía nacional a las imposiciones del gobierno central. Que sigue enrocado en su política de ver y no tocar y sus tesis de no contrariar al nacionalismo e intentar satisfacerlo con ofertas adecuadas. Concederle lo que sea necesario hasta que vuelva a ser razonable y un interlocutor válido con el que poder entenderse, blindajes lingüísticos, privilegios fiscales, proteccionismo económico, financiación de la deuda, y negociación de la quita ante Bruselas. Las aguas volverán a su cauce, los chivos expiatorios contra los que unirán esfuerzos son quienes hoy se creen dueños del panorama parlamentario con su anticapitalismo de laboratorio sus capacidades y modos de residuos sociales.
El terrorismo islámico volverá a golpear. Está muy bien asentado en Cataluña, demasiado. Desde hace décadas, gracias a la financiación y proyecto de ingeniería social de la Generalitat por la cual el elemento magrebí-musulmán debía primar por encima del hispano Terrenos, mezquitas gratis, por la adhesión al movimiento y mano de obra barata. Son una realidad catalana. Aunque su apego a las leyes, a los derechos sea propia de las áreas más recónditas de sus países de origen.
Así como la gran concesión de ayudas a esta comunidad en detrimento de otras con más exigencias. El elemento religioso era y es la clave. Que un 80% de las mezquitas situadas en Cataluña, la mayoría financiadas por dinero público sean salafistas, debería bastar para desacreditar las vergonzosas acusaciones de Puigdemont contra el gobierno por la supuesta criminalización. Sólo hay una parte que amenaza, insulta e incumple la legalidad y lo hace encaminándose hacia la figura de organización criminal conjunta, y desde luego no es el estado.
Así pues el elemento islamista no es ni mucho menos minoritario en Cataluña, dada sus características sociales, económicas y fundamentalismo religioso. Y claro está su importante peso demográfico. Como expresaron todos los medios oficiales alemanes, Barcelona y su área metropolitana es la ciudad con más yihadista y peligro integrista de toda España. Los medios catalanes y de la denominada izquierda han preferido centrarse en la integración de estos jóvenes que eran asiduos usuarios de los servicios sociales, y hablaban muy bien el catalán. Esto la convertía en mejores personas y más dignas de confianza. Uno de los rasgos de lo profundamente enferma que esta buena parte de la sociedad catalana. Eran casi de los nuestros como han podido hacer algo así. La culpa será del imán, ese que tenía colgada una estelada en su balcón, y cuyas advertencias belgas parece no alcanzaban a los Mossos. La prensa italiana también informaba que uno de los asesinos hizo campaña por el si en el referéndum. Noticia que la Generalitat ha desmentido, como hace con toda crítica. Esa es su particular visión dela pluralidad, de la democracia y de las libertades que dice representar pero que degrada con cada uno de sus comunicados.
Con suerte el próximo zarpazo de la bestia islamista tardará un tiempo, hasta que se logre exterminar el califato de Daech. La colaboración europea será supongo la realmente determinante y la que exija cambios e imponga nuevas obligaciones. No el estado.
Y este es otro terreno de juego en el que se mueve hábilmente el nacionalismo catalán. Esta terrible matanza le ha servido, aunque mínimamente para aparecer en medios internacionales e intentar aparecer como colocutor y difundir sus tesis y horizontes políticos. Al mantenerse el nivel 4 de alerta, como gesto capital de sometimiento del estado a los intereses separatistas, la Generalitat se apuntó otra victoria, y empezaron a aparecer en los medios internacionales, la policía catalana, hasta entonces española. En todos los países de nuestro ámbito tras atentados o por fechas especiales sin necesidad de alerta máxima su seguridad se ha visto reforzada con la presencia de militares en la calle. Francia, Italia (No atacada) Bélgica, en donde han evitado ya dos atentados. El último hoy, e incluso en Alemania o Finlandia. Todas dictaduras.
El estado se ha inhibido hasta niveles impensables, los refuerzos se han hecho con personal de los mossos, y de ¡la policía local! dejando en simbólica la presencia de la guardia civil y en invisible a la policía judicial.
La fractura y división policial son desde hace ya tiempo un hecho. Los continuos impedimentos de los mossos a las policías estatales vienen sucediéndose desde hace años. La falta de cooperación en cuanto al caso Pujol, por parte de la policía catalana que retraso en más de medio año, el acceso a la investigación de documentación bancaria. Un tiempo precioso para la defensa, destrucción de pruebas comprometedoras, movimientos evasivos fiscales y que probablemente han tenido como consecuencia que el veredicto sobre los hijos del Capo Pujol haya sido tan laxo. Por cierto, él sigue libre.
La memoria es frágil. Los mossos, la única policía estatal que usaba junto con la vasca balas de goma, acabó dejando a varias personas tuertas, varias muertes sin esclarecer, los casos de la comisaría de las Corts y el brutal abuso de fuerza que termino con la vida de Juan Andrés Benítez y heridos de bala en plena ciudad ende Barcelona en la persecución de un jabalí. Tampoco sé hasta qué punto podemos creernos como autos de fe las declaraciones del Sr Trapero en las que defendió la inactividad de los mossos cuando el arrollamiento estaba en curso para evitar daños mayores.
Sin duda el buen hacer de un veterano legionario (la Generalitat también llegó a negar que sirvió en este cuerpo del ejército español) que eliminó a cuatro islamistas asesinos, ha tenido suponemos a su pesar un papel importante en la undécima ofensiva separatista. Los mossos se están perfilando día a día como la guardia de corps del supremacismo catalán. «Su policía». El brazo armado cuyos mandos han sido purgados por mencionar lo innombrable, la fidelidad a la constitución y leyes nacionales, aguarda órdenes. Veremos quien las imparte. Y como todos esos halagos pueden volverse en arrepentimiento. De las armas automáticas y medios a su alcance prefiero no hablar. Pues es un asunto tan preocupante y de consecuencias tan graves que prefiero no pensar. Sobran referentes históricos .Aunque la hipótesis ni sea exagerada, ni sea personal. A buen seguro esta contingencia ha pasado por la cabeza de muchas personas. Y más de uno y más de dos serán sus tan «estrechos colaboradores».