Moscú, 3 sep (Sputnik). – El Ministerio de Exteriores ruso llamó este domingo al diálogo para frenar la escalada del conflicto entre las fuerzas gubernamentales y los insurgentes rohinyás en el estado de Rakáin, noroeste de Birmania.
“Estamos preocupados por los informes de continuos enfrentamientos que han provocado víctimas entre la población civil y los cuerpos de seguridad, así como un fuerte deterioro de la situación humanitaria en esta zona del país”, dice un comentario publicado en el sitio web de la Cancillería rusa.
El documento insta a todas las partes implicadas a “entablar un diálogo constructivo lo más pronto posible para normalizar la situación”.
Unas 400 personas murieron en Rakáin desde el 25 de agosto en los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los insurgentes rohinyás. Esta cifra incluye a unos 370 insurgentes, 13 agentes de seguridad, dos funcionarios y 14 civiles, según los medios internacionales.
Representantes de la ONU estiman que unas 60.000 personas cruzaron de Birmania a Bangladés después de que insurgentes rohinyás atacaran una treintena de puestos policiales y militares el 25 de agosto.
Birmania, una nación mayoritariamente budista, deniega ciudadanía y derechos civiles a los rohinyás y mantiene marginalizada a esta comunidad musulmana de unos 1,1 millones de personas, alegando que son inmigrantes ilegales del vecino Bangladés.
En 2012 la violencia interétnica en Sittwe, capital de Rakáin, se saldó con unos 200 muertos y provocó el desplazamiento de casi 140.000 personas, en su mayoría rohinyás.
El conflicto en Rakáin se agudizó después de que insurgentes rohinyás lanzaran una serie de ataques contra guardias fronterizos en octubre y noviembre de 2016.
A finales de agosto, el Gobierno de Birmania declaró terrorista al Ejército para la Salvación Rohinyá de Arakán (ARSA, por sus siglas en inglés) y afirmó que busca establecer una república islámica.
El grupo insurgente, que niega tener vínculos con el yihadismo transnacional, respondió que ejerce legítima defensa en un intento de salvar a la comunidad rohinyá de Arakán del “terrorismo de Estado”. (Sputnik)