
El Agente Naranja sigue matando en Vietnam cuarenta años después. Hitler- el que asesinó a 30 millones de soviéticos-, comparando con esta gente era un bebé de pecho.
Phuong, una niña de unos ocho años, delgadita como casi todas las vietnamitas, no deja de abrazar al periodista. Es alegre y parlanchina y parece sufrir un síndrome muy similar al de Down. Pero puede decirse sin temor a equivocarse que es la más afortunada de estas varias docenas de criaturas que son atendidas en un ala especial del hospital Tû Dû de Ho Chi Minh City, la antigua Saigón.
En este pabellón situado junto a la cantina del centro médico viven grupos de niños afectados gravemente por el terrible legado del Agente Naranja, el defoliante utilizado por Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam –que terminó ayer hace 40 años- para destruir la jungla y dejar a los guerrilleros Vietcong sin posibilidad de camuflaje.
Cuatro décadas después del fin del conflicto aún siguen naciendo criaturas con deformidades terribles. «No podemos estar seguro todavía del tiempo durante el que se extenderán sus efectos, pero muchos científicos ya lo estiman en tres generaciones», dice la doctora Lành.
En la misma habitación donde vive Phuong, hay varias cunas en las que vegetan críos que nunca podrán levantarse. Algunos tienen una cabeza hasta seis veces mayor de lo normal y aplanada, otros enormes ojos de pez… Un pobre adolescente muestra toda la piel de su cuerpo como si estuviera rayada y además padece un síndrome nervioso extremo que obliga a sus cuidadores a esposarlo a los barrotes de una cama para no autolesionarse. No cesa de llorar y gritar histérico.
«No es fácil asegurar la cifra de niños afectados por el Agente Naranja en Vietnam, pero se estima en unos 500.000 los casos que podría haber en los hospitales de todo el país y en muchas aldeas donde sobreviven con sus familias», declara la enfermera Kim Hoa.
El Agente Naranja, del que se irrigaron más de cuarenta millones de litros entre 1962 y 1970 desde aviones estadounidenses sobre los bosques de Vietnam era un poderoso herbicida compuesto por una mezcla de dos productos químicos: el 2,4,5-T y el 2,4-D. El primero de ellos provoca la aparición de minúsculas cantidades de dioxina conocida como TCDD, el veneno más tóxico de los elaborados por el hombre, que en tiempos de la guerra nadie se preocupó de depurar.
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