Barzani se ha embolsado 200.000 millones de dólares con el saqueo del petróleo irakí

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El libanés Nasser Kandil acaba de publicar un artículo sobre el referéndum en el Kurdistán irakí en Al-Binaa (1) que es muy revelador. “Kurdistán ya es independiente”, comienza asegurando Kandil, de donde se deriva la siguiente pregunta de manera necesaria: ¿A qué viene el referéndum entonces?, ¿qué busca Barzani?

El sistema “federal” irakí es una mentira. Kurdistán no tiene con Irak la misma relación que Catalunya con España. Su relación se parece más a la de España con la Unión Europea, escribe Kandil.

Tiene su parlamento, su ejército, su gobierno, su policía, cobra sus rentas de aduanas y del petróleo, no da un céntimo al gobierno central y el ejército de Bagdad no puede entrar en Kurdistán sin un permiso expreso, a pesar de la guerra contra el Califato Islámico, a la que los kurdos parecen ajenos.

La ficción de un Kurdistán autónomo permite que en Bagdad hablen de un Irak unificado y que todos pasen por alto la verdadera división de Irak “de facto” impuesta y garantizada por Estados Unidos.

¿Qué pretende entonces el gobierno regional de Erbil con el referéndum? Tres objetivos, según Kandil. El primero es anexionarse Kirkuk, que es tanto como apoderarse definitivamente de los pozos petrolíferos irakíes.

El segundo es pasar página sobre los 200.000 millones de dólares saqueados en diez años por la venta de dicho petróleo que Barzani se ha metido en sus bolsillos y que no figuran ni en los presupuestos de Irak ni en los de Kurdistán.

El tercero es entregar un feudo a Estados Unidos e Israel desde el cual poder dibujar las nuevas fronteras de Oriente Medio y garantizar la seguridad de Israel, una vez que las guerras yihadistas han fracasado. Los kurdos son su relevo.

Para Kandil el caso de Erdogan es especial. En Ankara nunca imaginaron que tratando de socavar a Siria serían ellos los que acabarían socavados. Ahorqa la pelota ha vuelto al tejado turco. Lo que están en peligro es la integridad territorial de Turquía.

Erdogan no sabía que el “amigo americano” guardaba un as en la manga, Kurdistán, que arrojaría encima de la mesa si le fallaba el otro, el yihadista, aún a costa de enemistarse con su aliado en la OTAN, Turquía, donde no debieron leer aquel artículo escrito por Joe Biden en 2006 en el New York Times, “Unity Through Autonomy in Irak” (2) que empezaba por el principio, como debe ser: hablando de Bosnia.

Erdogan ni siquiera podía sospechar que sus cómplices en el contrabando de petróleo, Barzani y sus peshmergas, les traicionarían como lo han hecho: con un referéndum convocado delante de sus narices y apoyado por los socios de Washington y Tel Aviv.

En Oriente Medio los amigos no siempre son amigos, y lo mismo ocurre con los enemigos: acaban siendo amigos, incluido Irán, la bestia negra del imperialismo desde la revolución de 1979. Ahora el puente aéreo entre Ankara y Teherán funciona a pleno rendimiento. ¡Quién lo iba a decir hace sólo unos meses!

Es algo parecido a la negación de la negación, de la que hablaba Engels, una rapida retorsión de la historia: el Kurdistán iraki nació gracias a una “zona de exclusión aérea” impuesta a Irak y ahora sus vecinos (Turquía e Irán) se la imponen a Kurdistán.

Todo en medio de un concierto bélico cuyo final nadie puede adivinar. El ejército irakí ha tomado militarmente los aeropuertos de las “zonas litigiosas”, es decir, de las que los kurdos se han apoderado a las bravas. Las fronteras se han cerrado. Erdogan amenaza con “la opción militar”. Teherán realiza maniobras militares en la frontera…

(1) http://www.al-binaa.com/archives/article/174782
(2) http://www.nytimes.com/2006/05/01/opinion/01biden.html

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