Insultos y amenazas. Son cosas que hasta hace poco se consideraban imposibles en el mundo de la diplomacia, entendida como el arte de resolver conflictos mediante el diálogo. Ahora a nadie le sorprende cuando un presidente se llena la boca de palabrotas y considera el arsenal nuclear de su país como un buen juguete bélico.
¿Cómo se ha llegado a esta situación y cómo conseguir que se imponga la diplomacia de paz? Este fue uno de los temas centrales del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, que acaba de celebrarse en el balneario ruso de Sochi, donde se reunieron casi 30 mil personas, entre ellas futuros diplomáticos, de más de 180 países.
En este sentido, la actividad más importante del evento fue la intervención del canciller ruso, Serguéi Lavrov, quien expuso en un panel de discusión sus criterios acerca de la situación geopolítica actual y, asimismo, respondió a un mar de preguntas de quienes tuvieron la suerte de asistir a la conferencia.
Entre ellos se encontraba el chileno-francés Felix Portier Vega-Masbernat, estudiante de Diplomacia en el Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú (MGIMO, por sus siglas en ruso), quien ofreció una entrevista a Radio Sputnik.
Entre otras cosas, nuestro interlocutor acusó al presidente norteamericano, Donald Trump, de «terrorismo verbal» y, asimismo, llamó a aprender de «la diplomacia rusa, que siempre se ha caracterizado por ser sensata y por ser proporcionada».