Rusia recalca el respeto a la unidad española y expresa su enfado al Congreso del país ibérico por las acusaciones de injerencia en Cataluña.
El embajador ruso en Madrid, Yuri Korchagin, ha remitido este jueves una carta al presidente de la Comisión Mixta de Seguridad Nacional, José Manuel García-Margallo, en la que refuta “las injerencias rusas” en la cuestión catalana y expresa su enfado, sobre todo porque se hayan tomado en consideración las afirmaciones sin pruebas de Mira Milosevic-Juaristi, especialista del Real Instituto Elcano, menospreciando la postura oficial de la Federación Rusa de respeto a la unidad de España.
“Me atrevo a recordarle que la embajada de Rusia en Madrid expresó repetidamente la postura oficial de nuestro país, que consiste en un total apoyo a la integridad territorial de España y define la situación en Cataluña como un proceso interno con el cual no tenemos nada que ver (…) Esta posición no fue tomada en consideración durante la sesión”, denuncia Korchagin en la misiva.
Korchagin hace alusión, en concreto, a la comparecencia que realizó el pasado 23 de noviembre la experta del Real Instituto Elcano Mira Milosevic-Juaristi ante la Comisión Mixta de Seguridad Nacional, donde apuntó al Gobierno ruso como sostén de la presunta injerencia en el desafío independentista de Cataluña mediante una campaña de desinformación en las redes sociales, con el objetivo de “debilitar” a la Unión Europea (UE) y todo el Occidente.
El representante del Gobierno ruso también se ha dirigido al Instituto Elcano, mediante otra carta a su director, Emilio Lamo de Espinosa, de la que ha remitidio una copia al Congreso de los Diputados, y en la que se expresa en términos aún más severos. “Con todo el respeto para el Real Instituto Elcano, considero necesario expresar mi sorpresa e indignación ante similar afirmación. Tales aserciones propician un ambiente hostil, siembran la enemistad hacia los rusos, incluyendo los que viven en España o piensan viajar a este país”, se queja el diplomático ruso.
Según Korchagin, la postura del Kremlin respecto a la situación política en Cataluña es que se trata de un asunto interno de España y que, por lo tanto, debe resolverse en el marco de la legislación y la Constitución españolas.
Empero, la postura “represiva” de Madrid tras las elecciones independentistas de Cataluña del 1 de octubre, que se saldó con numerosas detenciones de las autoridades de alto rango de Cataluña y la disolución del Parlament, ha generado hipótesis de que la democracia ha fracasado en Europa, planteando preguntas sobre el Estado de derecho o la legitimidad de cualquier elección en el continente europeo.