La Fuerza Aérea de Estados Unidos ha actualizado su bomba no nuclear más potente, la GBU-57, de más de 13 toneladas y diseñada para destruir complejos fortificados de búnkeres bajo tierra, y podría usarla en una supuesta guerra contra Corea del Norte, revelan nuevos informes.
Según informó el viernes el diario británico Express, Washington ha completado la cuarta actualización del Boeing GBU-57, una pesada bomba que solo puede ser transportada por los cazas furtivos B-2 que Washington ha movilizado recientemente cerca de Corea del Norte.
La modificación de esta bomba “ha mejorado su rendimiento contra objetivos duros y profundamente enterrados”, indicó la vocera de la Fuerza Aérea de EE.UU. Emily Grabowski, citada por el periódico.
La bomba antibúnker GBU-57 es más poderosa que otra similar, la GBU-43/B Massive Ordenance Air Blast Bomb (MOAB, por sus siglas en inglés), que EE.UU. probó el pasado año en la provincia afgana de Nangarhar.
El diario, no obstante, se ha referido al reciente despliegue de tres bombarderos estadounidenses B-2 en la isla de Guam, con los que EE.UU. podría lanzar las bombas GBU-57 “en un ataque contra Pyongyang para destruir sus instalaciones nucleares subterráneas”.
En los últimos meses, la tensión entre Corea del Norte y EE.UU. se ha incrementado a niveles sin precedentes. La Casa Blanca inició una guerra dialéctica contra el líder norcoreano, Kim Jong-un, al que acusó de ensayar Misiles Balísticos Intercontinentales (ICBM, por sus siglas en inglés), capaces de cargar ojivas nucleares, como un preludio para golpear la seguridad regional.
Por su parte, Pyongyang ha rechazado estas acusaciones y recuerda que Estados Unidos y Corea del Sur, con sus maniobras conjuntas militares, ponen en peligro la estabilidad de la zona.