El ataque a Siria no es otra cosa que un ataque a Rusia. Con independencia de quién diga la verdad sobre los misiles derribados, y por ahora parece que la dicen los rusos y los sirios, la historia que hay detrás es la que es: Rusia. Hay que debilitar a Rusia como sea. Este vídeo deja bien claro que sí se derribaron misiles. Además, es muy significativo que EEUU y sus vasallos solo hayan presentado como pruebas de lo “exitoso” de su misión el de los tres centros de investigación y no otros objetivos. Es de suponer que los satélites hubiesen estado a pleno funcionamiento para documentar los destrozos, pero no. Sólo de esos sitios. Y sin hacerse preguntas de por qué se les bombardeó sin tener en cuenta, pro ejemplo, que si se fabricaba y almacenaba gas eso hubiese supuesto que se habría desperdigado por la zona. Pero resulta que debe ser un tipo de gas que es efectivo sólo si lo lanzas tú, no si lo bombardea otro. Curioso gas, desde luego.

Si solo se atacó eso con 103 misiles y sólo de hizo esos daños, la potencia de los misiles era muy reducida. Así que alguien miente aquí. Y la parte que lo dice, justifica una cosa como la de abajo sin sonrojarse lo más mínimo. Todos esos misiles cayendo en el mismo sitio y dejando todo tranquilo a su alrededor.

Los rusos han explicado qué pasó. Esta es una captura de pantalla de la explicación dada hoy. Se atacaron aeropuertos y se derribaron todos los misiles menos en el de Homs, donde cayeron 3, y en el de Meze, donde cayeron 4.

Con China tal vez se pueda hablar porque los chinos tienen un talón de Aquiles claro que es su debilidad marítima, por mucho que estos días esté haciendo maniobras navales y reforzando a marchas forzadas su marina. Rusia no tiene esa debilidad, la única que tiene es la económica. Por lo tanto, es ahí donde hay que dar y dar una y otra vez. Sanciones y más sanciones. Evitar que Putin se pueda centrar en el frente interno, provocar el malestar por el incumplimiento de las promesas. Toda esa parafernalia tan del gusto de los muy “democráticos” países occidentales.

Las presiones siguen y siguen y no van a parar. Occidente entiende la inacción no como un acto de sensatez, sino de debilidad. Las apelaciones a la legalidad internacional les importan una mierda a estos países “democráticos”. Cuando la ONU se niega a sí misma, como ha ocurrido con la votación de rechazo a la condena de los ataques, ilegales según el derecho internacional, apelar a la ONU o al derecho internacional es de imbéciles. Hay que recordar un viejo adagio romano que decía “inadimplenti non est inadimplentum”. O sea, no hay que cumplir con quien no cumple.

Rusia está obligada a responder cuanto antes. El triunfalismo está bien, el regodearse en que se derribaron 71 de los 103 misiles puede servir para dormir mejor por la noche, pero poco más. El hecho es que EEUU y sus vasallos están eufóricos, con razón o sin ella. El hecho es que no se basan en hechos, sino en percepciones. Y su percepción es que se ha dado un golpe doble: a Siria y a Rusia. Pero lo que les interesa es Rusia.

“Es hora de que Rusia regrese a la familia de las naciones que defienden el orden mundial condenando el ataque químico en Siria”, (el vicepresidente de EEUU, Pence, ayer). O sea, deja de enredar con el mundo multipolar y ríndete. Deja de reclamar evidencias e investigaciones internacionales (y ya se han curado en salud diciendo que la investigación que comenzará esta semana se realizará en un lugar “contaminado” por Rusia y que se han destruido las pruebas, pruebas que ellos, por cierto, no ofrecieron nunca) y ríndete a lo que decimos, pues somos el orden.Y para llevarte por el buen camino, te sancionaremos de nuevo por tener vínculos con el armamento químico sirio, aunque sea inexistente.

Se está alimentando la histeria anti-rusa hasta extremos que no se conocían ni durante la URSS. Es otro intento de impedir la expansión euroasiática, es otro intento de retrasar pérdida de hegemonía de Occidente. Porque Siria es vital tanto para Rusia como para China y su Nueva Ruta de la Seda.

Por ello, Rusia tiene que dejar de hablar y actuar. Si dice, como ha dicho su ministro de Exteriores, que tiene “pruebas irrefutables de que el supuesto incidente químico fue un ataque de bandera falsa orquestado por los servicios de seguridad de Gran Bretaña con el apoyo de los EEUU” tiene que demostrarlo y dejar de marear la perdiz. El momento es ahora, no dentro de un año o de diez.

Rusia no solo ha dicho eso, sino que tiene “un texto comprometedor” sobre la primera ministra May y los miembros de su gabinete, sin especificar más. Gran Bretaña ha respondido diciendo que está dispuesta a organizar un ciberataque contra los sitios estatales rusos si se publica. Estamos en lo mismo: si lo tienes, sácalo. Ahora, no dentro de un año o de diez.

Rusia sabe lo que es la guerra. La Unión Soviética sufrió 31 millones de muertos en la agresión nazi de 1941-1945. Rusia no quiere la guerra a ningún coste. Pero ha llegado el momento de plantar cara de forma abierta. Los triunfos morales no sirven cuando en Occidente no hay más que zombis entre su población y psicópatas entre sus gobernantes. Estos locos, estos psicópatas lo entienden como debilidad. Porque sólo entienden la fuerza. Cuanto más tiempo espere, peor. Para todos.

Porque las provocaciones irán a más y serán más costosas de hacer frente, y se exigirá, simple y llanamente, la sumisión absoluta o la guerra. Si hay una forma de parar eso es ahora. Siria no es más que un eslabón de esta etapa provocativa contra Rusia. Como antes lo fue el supuesto envenenamiento de espías en Gran Bretaña.

EEUU es un país de locos, literalmente. Al ignorar o violar los intereses de seguridad de otros Estados, como Rusia o China, se pone al planeta al borde del abismo. Los intereses de Rusia son claros en Siria, no lo son tanto los de China. Beijing necesita a Siria como paso central de su Nueva Ruta de la Seda hacia el Magreb y hacia África, no es sólo una cuestión de lucha contra los jihadistas iugures que están en Siria y que se están fogueando para lanzar la “guerra santa” en Xinjinag.

Lo bueno del ataque a Siria es que se ha reforzado la alianza entre China y Rusia. Los editoriales chinos y la intervención del embajador chino en la ONU lo ponen muy clarito. Ninguno de los dos países estará solo en caso de ataque, aunque los chinos sean muy renuentes, todavía, a hacer una declaración expresa en ese sentido. Pero lo dejan entrever.

El Lince

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