B. – Son cientos de miles los correos que llegan a este incomparable blog solicitando que digamos algo sobre el chamizo que se han comprado -no sabemos con qué artes- esta pareja de dos. No lo haremos. Demasiado fácil. Ya lo hace, además, la caverna mediática y la partitocracia al uso, así que ¿para qué abundar en ello? Si acaso decir, esto sí, que acá nos la pasamos un lustro y varios parsecs desenmascarando a estos charlatanes y vendedores de crecepelos en lo que respecta a su discurso “político” para atraer moscas a su panal de mierda, que no rica miel.
Les pintaban de “comunistas” -supongo que “El Koletas” se descojonaba en la intimidad- y nosotros alabábamos el excelente sentido del humor de quien lo proclamaba. Ahora resulta que tampoco es cosa de ver nada malo en ello si se hipotecan -así es la economía libre de mercado- pagando los plazos con dinero legal y no robado, ni por ser de “izquierdas”, se supone, están obligados a ser unos franciscanos que tengan que vivir debajo de un puente como Carpanta. Los tiempos cambian…
La verdad es que estos arribistas te lo ponen a güevo para crujirlos, pero no lo haremos, ya quedó dicho y no es nuestro estilo abusar. Lo que sí nos sorprende, vamos a decir así, porque no nos sorprende nada de estas gentecillas, es la rapidez con que fueron aupados en un plató de televisión y la extrema celeridad -y el rostro que le echan- con que, sin guardar ninguna forma ni las formas, se lanzan a lo que siempre buscaron: el casoplón y el carpe diem y allá cuidados y que me quiten lo bailado y que os den… que en esto tan prosaico consistió la “filosofía” del posmodernismo: ande yo caliente y ríase la gente.
Unos vulgares delincuentes. Unos traficantes de ideologías biensonantes jugando con los sentimientos de las masas para lucrarse personalmente. Qué asco.
Buenas tardes.