
Orlando Ortega, apátrida que prefiere por dinero la bandera fascista del Estado español a la bandera cubana bajo cuyo manto pudo nacer sano, máxime considerando su color de piel.
De segundo en los 110 metros vallas de los Juegos Olímpicos de Río 2016, a tercero en el Campeonato de Europa de Atletismo 2018. Una «progresión» fatal.
Cuesta abajo inapelable que lo llevará al ostracismo y la miseria española. En un futuro mediato no será nadie.
Me alegro, gusano.