Ahora Madrid ha visto en el nuevo Gobierno del PSOE una oportunidad de oro para pedir una mayor autonomía fiscal a la hora de realizar sus ataques contra la clase obrera. El primer ataque que quiere realizar es el de implantar una tasa turística, siguiendo el ejemplo de Catalunya o Baleares. Los oportunistas creen que esta tasa solucionará los problemas ocasionados por el turismo en Madrid, cuando el único problema no es ni más ni menos que el propio turismo bajo el capitalismo.

Un gran ejemplo de lo que está ocasionando el turismo en Madrid es el edificio ubicado en la calle del Príncipe, número 15. Allí, a escasos metros de la Puerta del Sol, aproximadamente el 80% del inmueble de 42 pisos se alquila a turistas a través de la empresa L&H Apartments, que se anuncia en diferentes portales como Like Home Madrid. Apenas quedan tres personas que viven permanentemente en el edificio. Estos se quejan de vivir “en medio de un hotel”, hecho que queda bien ilustrado en una pegatina indicativa colocada en el timbre del inmueble. No hay ningún tipo de cartel o señal adicional.

Los vecinos pusieron denuncias en la Comunidad, se quejaron a la empresa que alquila las viviendas y hablaron con el concejal del distrito Centro, Jorge García Castaño, pero su situación sigue sin resolverse. Por su parte, L&H Apartments defiende que su actividad es completamente legal.

Ruidos de madrugada los siete días de la semana, basura, aglomeraciones y hasta vómitos en el portal son sólo algunos de los lastres que deben aguantan los vecinos de este edificio.

Ejemplos como este se suceden a lo largo y ancho de la capital. Parece una locura no hablar de que Madrid se adentra, desde hace varios años, y de una manera completamente descontrolada, hacia una turistificación que arrasa con los vecinos de toda la vida de la ciudad para dejar paso a los turistas adinerados. En la plaza Tirso de Molina 14, han aparecido 8 nuevas viviendas turísticas en el último año. Los edificios de la calle Corredera Baja de San Pablo 33, y de la calle Minas 5, se unen a los de las calles Apodaca 5; Palafox 7; y Pozas 16, dedicados por completo al turismo.

La tendencia es clara y va a más: ha reducido drásticamente la oferta de pisos y, por tanto, ha disparado el precio del alquiler, que ha llegado a aumentar un 50% en el último año. Además, a la hora de buscar un piso, los trabajadores interesados en encontrar un hogar tienen que competir con multinacionales que, evidentemente, tienen la capacidad de gastar mucho más dinero para comprar el piso, obligando a las personas con ingresos reducidos a gastar una mayor cantidad de dinero, que no tienen, o a vivir en habitaciones, en pisos compartidos o en viviendas extremadamente pequeñas e insalubres, que atentan directamente contra su bienestar.

El aumento de viviendas dedicadas al turismo tiene efectos colaterales en los barrios madrileños. Las tiendas empiezan a desaparecer y el precio de la vida sube. Es por todo lo aquí expuesto que la turistificación está tan asociada a la gentrificación; los barrios de Madrid se están convirtiendo en barrios para turistas, porque son sus nuevos inquilinos. Y, al final, Madrid dejará de ser Madrid. Pasará a ser un simple “local” en el que los turistas irán a divertirse y a pasarlo bien, obligando a los vecinos a marcharse de los hogares en los que han pasado toda una vida para vivir en el extrarradio. Este fenómeno se está produciendo en toda España.

Debemos señalar también que la gentrificación y el incremento desmesurado del alquiler no se produce únicamente a causa del turismo. El ejemplo más claro lo tenemos en el barrio de Lavapiés, donde pequeño-burgueses con cierto poder adquisitivo están expulsando a los vecinos más humildes.

La creación de una ciudad única y exclusivamente para los turistas también está provocando la expulsión de mendigos y prostitutas del centro de la ciudad. Este fenómeno lo pudimos presenciar especialmente durante los gobiernos del Partido Popular, que los expulsó “para no dar mala imagena los turistas”.

La gentrificación también afecta a la salud de los trabajadores e incluso llega a matarlos, como ocurrió en el barrio de Chamberí, el pasado 25 de mayo, en un edificio comprado hace un año por Rockefeller Group –uno de los máximos representantes de la burguesía internacional–, que estaba destinado a la vivienda de lujo tras su remodelación. Una clase de operación bien conocida por todos los madrileños, que se repite constantemente en el centro de la capital. En su construcción perdieron la vida tres trabajadores.

España es el “prostíbulo” de Europa. Es tan triste y crudo como la realidad misma. España se vende al mejor postor, al que más pague. El capitalismo ha sido una droga para España, pues no solo la ha arrasado, sino que le ha creado dependencia. Dependencia del capital extranjero del que subsiste. Ya no es solo la burguesía nacional que especula con la vivienda, sino plataformas como Airbnb y fondos buitre extranjeros como el grupo estadounidense Blackstone, uno de los mayores propietarios de activos inmobiliarios del Estado español y que ya posee la mayoría de los hoteles del país.

Y, como no podía ser de otra manera, el “Ayuntamiento del Cambio” de Ahora Madrid, liderado por Manuela Carmena, perpetua el capitalismo, que ha destrozado y sigue destrozando a la clase obrera, tanto madrileña como española. La propuesta de una tasa turística sólo es una cortina de humo para engañar a la clase obrera y que esta piense que los oportunistas de Ahora Madrid se preocupan por ellos. La tasa no frenará la turistificación ni la gentrificación que está viviendo Madrid, así como no lo ha hecho ni en Barcelona ni en Mallorca. No obstante, sí beneficiará a la burguesía, como lo lleva haciendo hasta ahora, pues no afectará en ningún aspecto a los ingresos que esta consigue a través del turismo. Pero esto, precisamente, es lo que busca el “Ayuntamiento del Cambio”.

La única solución real a la turistificación y a la gentrificación es un Estado que asegure el derecho a la vivienda para todos sus habitantes y que regule estrictamente el turismo para que este no destruya el país. Solo la organización obrera puede lograr un Estado dirigido por y para el proletariado.

¡DEFIENDE A TU CLASE!

¡ORGANÍZATE EN EL PCOE!

¡SIN PARTIDO NO HAY REVOLUCIÓN!

Comité Local del
Partido Comunista Obrero Español en Madrid

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