El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, recalca que su país encara un golpe de Estado, promovido por fuerzas internas, “alimentadas” desde Estados Unidos.
“Lo que ha sucedido en estos momentos es un intento de golpe de Estado. Entonces, ¿quiénes son los golpistas? Los golpistas son la fuerza alimentada por los Estados Unidos de Norteamérica”, dijo el mandatario en una entrevista con el periódico alemán Deutsche Welle, que publicó el viernes un extracto de la misma.
La entrevistadora le preguntó a Ortega por el ofrecimiento de Alemania para mediar en un posible diálogo que ponga fin a los sucesos violentos desatados en el país desde abril, y el mandatario aseguró que “el mejor apoyo que le pueden brindar en estos momentos naciones como Alemania (…) es decirle a Estados Unidos que no se esté lanzando contra Nicaragua una vez más”.
De hecho, el miércoles, en reacción a una reunión sobre Nicaragua en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU), a solicitud de EE.UU., Ortega pidió a Washington que “no se meta” con el país centroamericano.
Las protestas violentas han dejado un número de muertos que la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) cifra en más de 300 y acusa al Gobierno de Nicaragua de hacer caso omiso de las infracciones de los derechos humanos durante las protestas antigubernamentales.
Al respecto, en la entrevista, el mandatario adujo que “esa cifra está inflada, primero (…) por las organizaciones que están interesadas, porque hay una coincidencia entre grupos de derechos humanos que han sido grupos de oposición, que han avalado a grupos que venían ya matando a campesinos, matando a gente del ejército, matando a policías y que ahora inflan esos datos. Lo que tenemos es 198 muertes”, indicó.
El viernes, también los nicaragüenses acogieron parcialmente un paro de 24 horas convocado por la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia de Nicaragua para exigir la reanudación de negociaciones con el Gobierno. Ortega dice que ya está en marcha un diálogo de reconciliación con el pueblo para zanjar la crisis.
