Moscú comenzó el fin de semana la entrega de los avanzados sistemas antiaéreos S-300 a Siria a través de aviones Antonov An-124 Ruslan.
Esta aeronave, de fabricación rusa, —también conocida como el Cóndor— es considerada el avión de transporte militar más grande del mundo, y es el segundo avión más grande en general, detrás del Antonov An-225 Mriya.
Los Antonov An-124 Ruslan, que pesan 192 toneladas vacíos y tienen una envergadura de 73,3 metros cada uno, fueron detectados en los últimos días por aficionados que rastrean los movimientos de aviones en la ruta Rusia-Siria, según el sitio de noticias israelí Ynet.
Rusia ya ha confirmado el comienzo del suministro del sistema de defensa aérea S-300 a Siria, pese a las objeciones del régimen de Israel. De acuerdo con medios israelíes, el primer avión Ruslan fue visto el jueves por la noche llegando a la base aérea de Hmeimim, en la provincia de Latakia, en el oeste de Siria.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, anunció el viernes durante una conferencia de prensa en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que ya habían comenzado las entregas del sistema antiaéreo que “se dedicará a (garantizar) el 100 % de la seguridad de nuestros hombres en Siria”, afirmó.
Rusia decidió enviar S-300 a Siria después del derribo del avión militar ruso Ilyushin Il-20 en suelo sirio, en momentos en que cuatro cazas israelíes F-16 lanzaban ataques con misiles contra Latakia. Moscú responsabilizó a Israel por el incidente, que causó la muerte de 15 militares rusos que estaban a bordo de la aeronave.
Israel siempre ha rechazado el envío de estos sistemas a Siria. Incluso, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, consideró “irresponsable” la medida rusa, aunque destacó que Israel está comprometido a evitar conflictos con Moscú en las operaciones militares que realiza en el país árabe.
