Lo de la Guerra Fría fue una bobada. Con lo de Skripal dieron un pequeño salto. Pero a los británicos aún no les han lavado el cerebro lo suficiente con el “peligro ruso”, que ya no es tal porque los rusos tomaron Londres hace tiempo, aunque muy pocos se dieron cuenta.

Así lo asegura un informe aprobado por Richard Dearlov, el antiguo director del MI6, el servicio secreto exterior de Gran Bretaña. Los términos no pueden más terroríficos: son numerosos, están decididos y sus intenciones hacia la sociedad británica son siniestras, dicen.

El informe lo ha elaborado un grupo de cretinos (perdón, queremos decir “expertos”) de la Henry Jackson Society (*), que incluye a Andrew Foxall, y ha sido ampliamente difundido en varios medios de intoxicación británicos.

Para quienes no estén  al corriente: Henry Jackson fue el autor de las sanciones antisoviéticas de 1974 y su busto se encuentra junto al edificio en el que el MI5 tiene su sede.

Ha sido recomendado por el parlamentario británico Malcolm Rifkind a aquellos que “están relajados o satisfechos con las actividades de la inteligencia rusa en el Reino Unido”.

Parece copiado del cuento de Caperucita Roja: los espías rusos son feroces y están implicados en muchos asesinatos, asegura. Se han infiltrado entre los inmigrantes rusos y están acosando a los británicos.

La magnitud de la amenaza del nido espías nos devuelve a las edades más oscuras de la Guerra Fría, que son términos literales del propio autor del informe, por más que la pesadilla nunca se concreta, lo que es mucho peor porque dejan a los británicos sobre ascuas.

Al mundo occidental y civilizado lo llevan del pánico yihadista al ruso: “Durante demasiado tiempo, la política de seguridad británica se ha basado en la ingenua suposición de que Rusia ha abandonado su mentalidad de Guerra Fría. Este informe muestra que el espionaje ruso está más decidido que nunca”.

Es imposible que te des un paseo por una calle de Londres y no te tropieces con un espía ruso, pero las comparaciones son aún peores: el entramado de espías rusos en Londres es 52 veces mayor que el del Reino Unido, dice la Henry Jackson Society y se quedan tan anchos.

Según sus cálculos, uno de cada dos inmigrantes rusos en Londres es un espía ruso. Para no asumir la plena responsabilidad de estas absurdas cifras, el autor del informe se refiere a “16 conversaciones oficiales y no oficiales con “personas que ocupan o han ocupado posiciones de influencia y poder, especialmente las de asuntos rusos”, que viven en Londres.

“Aunque aparecen en los titulares por el envenenamiento de Skripal, estos agentes no sólo están involucrados en asesinatos. Proporcionan todas las ‘medidas activas’ tomadas por Rusia como parte de un vasto y malicioso esfuerzo para socavar nuestra sociedad”, aseguran.

Es evidente que la paranoia se ha apoderado del escasísimo intelecto de aquellos que nunca se cansan de descubrir nuevos detalles del todopoderoso Kremlin.

(*) https://henryjacksonsociety.org/publications/as-many-as-200-russian-case-officers-in-london-handling-up-to-500-agents-and-75000-informants-report-finds/

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