La administración estadounidense pretendió ayer justificar las nuevas restricciones de viajes a Cuba con el argumento de que son medidas contra el Gobierno, pese a las advertencias de sus efectos negativos para el pueblo.
El ejecutivo del republicano Donald Trump, que ha incrementado considerablemente la hostilidad contra la nación vecina, dio a conocer este martes que prohibirá a los ciudadanos de este país ir a la isla caribeña bajo la autorización previa conocida como viajes educativos grupales pueblo a pueblo.
Además, según precisó un comunicado del Departamento de Estado, ‘ya no permitirá visitas a Cuba a través de embarcaciones de pasajeros y recreativas, incluidos cruceros y yates, y aeronaves privadas y corporativas’.
Con esos controvertidos pasos, esa agencia federal manifestó que se busca evitar que los viajeros estadounidenses ‘enriquezcan a los servicios militares, de seguridad y de inteligencia de Cuba’.
En su declaración, el Departamento de Estado volvió a relacionar las medidas contra la mayor de las Antillas con la solidaridad que mantiene hacia Venezuela y el Gobierno constitucional de Nicolás Maduro, al que Washington se empeña en desconocer pese a haber sido reelegido en mayo de 2018 con el 68 por ciento de los votos.
La administración estadounidense sostiene que la crisis en el país sudamericano es responsabilidad de la isla, la cual cuenta con miles de colaboradores en Venezuela, fundamentalmente de la salud, pero también en áreas como educación y cultura.
Mientras tanto, no menciona los graves efectos que tienen sobre el pueblo venezolano las presiones y sanciones económicas de Washington.
Según el comunicado, las acciones dadas a conocer hoy contra la nación antillana están directamente vinculadas a la industria del turismo, con el argumento de que ese sector ‘ha servido para llenar el bolsillo de los militares cubanos’.
De ese modo, no hace alusión al hecho de que los viajes educativos pueblo a pueblo, bajo los cuales han visitado la isla cientos de miles de norteamericanos, han sido un gran impulso para los trabajadores del creciente sector privado de Cuba y sus familias.
‘La administración de Trump continuará una política fallida de 60 años que perjudica al pueblo cubano y le niega a los estadounidenses su libertad’, escribió en Twitter el presidente de la coalición Engage Cuba, James Williams, tras difundirse las nuevas limitaciones.
Cuando el pasado 17 de abril el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, adelantó que se aplicarían nuevas restricciones a los viajes no familiares, diferentes agrupaciones y legisladores también se refirieron al impacto para los cubanos.
El anuncio de la administración de nuevas restricciones de línea dura causa dolor a las familias y afecta al creciente sector privado cubano, consideró entonces la congresista demócrata por Florida, Kathy Castor.