La comprensión del origen de los metales pesados en nuestro planeta, como el oro y el platino, podría cambiar por completo tras una reciente investigación publicada en la revista Nature. El descubrimiento sugiere que las condiciones en las que se forman este tipo de elementos serían menos comunes que lo que se pensaba hasta ahora.
Según el estudio, el 80 % de los metales pesados presentes en el universo surgieron vinculados a un fenómeno conocido como ‘collapsar’ (en inglés), una forma muy extraña de supernova (una explosión estelar) que se deriva del colapso gravitacional de estrellas viejas y masivas. Se sabe que estos fenómenos son extremadamente raros en el universo y, por lo general, involucran a estrellas que son 30 veces más grandes que el Sol.
«Los ‘collapsars’ son bastante raros en los casos de supernovas, incluso más raros que en los de fusiones de estrellas de neutrones, pero la cantidad de material que expulsan al espacio es mucho mayor que la de las fusiones de estrellas de neutrones», opina el físico Daniel Siegel, que colaboró con el estudio, a través de un comunicado de la universidad de Guelph en Toronto.
Teorías bajo sospecha
El hallazgo pone en tela de juicio teorías anteriores sobre la formación de los metales pesados en el universo, ya que se pensaba que este tipo de elementos fueron creados por colisiones masivas que involucran estrellas de neutrones o agujeros negros.
Ahora a los científicos solo les queda respaldar su nuevo modelo teórico mediante observaciones en el universo.
Elementos pesados en nuestra galaxia
Siegel considera que la investigación también podría darnos pistas sobre la creación de nuestra galaxia. «Determinar de dónde provienen los elementos pesados puede ayudarnos a comprender cómo se ensamblaba químicamente la galaxia y cómo se formó la galaxia», explica.
Los usos que se dan a los metales pesados son variados y, ocasionalmente, imprescindibles, como pasa con el uranio y el plutonio en reactores nucleares. Si el oro y el platino se usan en joyería, elemento menos conocidos, como el neodimio, resultan vitales en la fabricación de muchos dispositivos electrónicos.