Estos profesores franceses tendrían que estar en los centros de exámenes cuando más de 740 000 alumnos empiezan a examinarse para el diploma de bachillerato. Pero están ante las puertas del Ministerio de Educación, denunciando una reforma que el Gobierno quiere imponer sin negociación, una reforma que dicen acabará con el carácter nacional del diploma de estudios secundarios.
Dicen los sindicatos de profesores que el nuevo sistema educativo, que debe entrar en vigor para el curso 2021, aumentará las desigualdades, que penalizará a los alumnos de las zonas rurales, que reducirá el número de materias a las que tendrán acceso y devaluará la calidad de la enseñanza con una reducción de horas de aprendizaje en materias importantes.
Pero si los manifestantes denuncian el proyecto educativo que el Gobierno quiere imponer, también denuncian la precariedad de las condiciones laborales en las que tienen que ejercer su trabajo. Supresión de puestos de profesores, aumento de los contratos temporales, congelación salarial y reducción de presupuestos.
Hace 16 años que los profesores no perturbaban los exámenes de bachiller y si hoy lo hacen es porque la situación, en su opinión, es insostenible. Profesores que ven como la política de austeridad del Gobierno pone en entredicho el futuro de las nuevas generaciones de franceses.
Juan José Dorado, París.