Son los trabajadores de los servicios de urgencia de los hospitales públicos franceses, enfermeros y enfermeras, ayudantes sanitarios, trabajadores de la función pública hospitalaria que se manifiestan, como aquí en las calles de París (la capital), para denunciar la precariedad y la falta de medios en unos servicios de urgencia al borde de la explosión.
Los manifestantes denuncian la falta personal, más de 1000 turnos de guardia para el mes de agosto siguen sin ser cubiertos en las urgencias parisinas. Pero también hacen falta más camillas, más sábanas, hace falta espacio para no dejar a los pacientes en los pasillos por falta de habitaciones.
La escasez de médicos en las ciudades lleva a que los franceses se dirijan a las urgencias de los hospitales para ser atendidos. Cada año el número de pacientes sube entre un 7 % y un 10 % al mismo tiempo que disminuyen los efectivos. La saturación lleva también a la violencia, el personal sanitario sufre agresiones y son estos hombres y mujeres los testigos directos de la miseria social que progresa en Francia.
El Gobierno francés ha intentado calmar la cólera de los manifestantes prometiendo desbloquear una ayuda de 70 millones de euros algo insuficiente habida cuenta de lo dramático de la situación. Son más de 150 los hospitales que se han declarado en huelga, una huelga apoyada por el 96 % de los ciudadanos, según una encuesta del instituto Odoxa.
Juan José Dorado, París.