Lajos Szaszdi Leon-Borja*.— El 13 de junio pasado fueron atacados 2 buques petroleros en el Golfo de Omán, el noruego Front Altair y el japonés Kokuka Courageous, quedando ambos con incendios producto de los ataques y a la deriva tras haber sido evacuadas sus tripulaciones. El portal de noticias de tráfico marítimo internacional TradeWinds reportó que los ataques ocurrieron ante el emirato de Fuyaira de Emiratos Árabes Unidos. Según esta fuente, el petrolero Front Altair se hallaba al ser atacado en “aguas internacionales” y “en el extremo sur del Estrecho de Ormuz”, que separa al Golfo de Omán del Golfo Pérsico. El Front Altair llevaba una carga de nafta de Emiratos Árabes Unidos a Taiwán para refinar. El petrolero Kokuka Courageous, según TradeWinds, se encontraba a 70 millas marítimas de Fuyaira y a 14 millas marítimas (unos 26 km) de la costa de Irán, aunque la misma fuente más adelante reportaba que el petrolero japonés “se cree” que se hallaba a “25 millas de la costa iraní” cuando el ataque que sufrió se llevó a cabo. El Kokuka Courageous iba de Arabia Saudita a Singapur con una carga de metanol cuando fue atacado. Según la V Flota del U.S. Navy basada en Bahréin, en el Golfo Pérsico, se recibieron dos “llamadas de auxilio” distintas, a las 6:12 y a las 7:00 de la mañana.
Inicialmente TradeWinds informó que los petroleros habrían sido víctimas de ataques con torpedo, asumiéndose por lógica que estos habrían sido lanzados por un submarino. La realidad de los ataques, empero, fue muy distinta. Ya el mismo día 13 se reportaba, según una fuente informada, que los petroleros no sufrieron un ataque de torpedos. Más bien, según los testigos y el análisis experto de investigadores, fueron misiles los que impactaron a los petroleros japonés y noruego.
Según la agencia de noticias Reuters, Kokuka Sangyo, la compañía dueña del petrolero Kokuka Courageous, declaró que sus tripulantes vieron 2 “objetos voladores” impactar el costado del barco, penetrando y averiando el casco en la banda de estribor (lado derecho del barco) por encima de la línea de flotación, de acuerdo a TradeWinds. El presidente de Kokuka Sangyo, Yutaka Katada, declaró al día siguiente del ataque que miembros de la tripulación del petrolero “vieron algo volando hacia el barco y perforando el casco”, según el servicio internacional de noticias ruso Sputnik en español. De acuerdo a esta fuente, Katada consideró improbable que el Kokuka Courageous haya sido atacado por un torpedo o con una mina. Adicionalmente, Sputnik en inglés cita a Katada diciendo: “Yo no creo que había una bomba de tiempo o un objeto adherido al costado del barco. Una mina no causa daño a un barco por encima del nivel del agua de mar. No estamos seguros exactamente qué impactó, pero fue algo que volaba hacia el barco”. Según Reuters, Katada declaró que “la tripulación nos dijo [que] algo vino volando al barco, y hallaron un agujero, . . . Entonces algunos [miembros] de la tripulación fueron testigos del segundo tiro”.
Y de acuerdo a la aseguradora noruega DNK del petrolero Front Altair de la misma nacionalidad, “misiles antinavío disparados desde un medio naval fueron probablemente usados en los ataques”, según palabras de la compañía de noticias Bloomberg, al petrolero noruego. DNK determinó que el Front Altair sufrió tres explosiones “alrededor del medio del lado de estribor y encima de la línea de flotación”, de acuerdo a Bloomberg. Las tres explosiones sufridas por el petrolero noruego se llevaron a cabo “a intervalos de dos minutos” según Bloomberg y basándose en las conclusiones de la aseguradora DNK. Bloomberg también informa que el petrolero japonés Kokuka Courageous sufrió a estribor dos explosiones “cerca de la sala de máquinas”.
Es de interés notar que ya que ambos petroleros atacados el 13 de junio navegaban rumbo al este, la banda de estribor o derecha de los petroleros impactada por probables misiles antinavío se hallaba ante la costa de la Península Arábiga y no miraba hacia la costa de Irán. Los ataques no vinieron de Irán o del este sino desde una dirección opuesta que pudo haber sido desde el oeste o el suroeste del Golfo de Omán, más cerca de la Península Arábiga y probablemente de la costa de Emiratos Árabes Unidos.
EE.UU. mientras tanto intenta convencer a la opinión pública mundial de que los dos petroleros atacados lo fueron con minas lapa magnéticas, acusando a Irán de haber realizado el ataque. Se ha de recordar que el testimonio y conclusiones de las partes japonesa y noruega, responsables de sus respectivos petroleros atacados, afirman que sufrieron el impacto de objetos voladores, considerando la aseguradora noruega del Front Altair que se habrían usado misiles antinavío en el ataque al petrolero noruego.
Podemos decir que el argumento americano de un ataque con minas lapa carece de validez: Primero, ante el testimonio proporcionado por los testigos, tripulantes de los petroleros atacados, y las conclusiones de la aseguradora noruega y de la compañía dueña del petrolero japonés, que en base a lo que vieron los testigos y por lo elevado de los impactos en el casco de los petroleros – no a nivel de la línea de flotación de los barcos – se desestima que tanto el Kokuka Courageous como el Front Altair hayan sido atacados con minas lapa. Este tipo de minas se adhieren al casco del barco de manera magnética bajo su línea de flotación o al nivel de la línea de flotación, para que al explotar las minas se cause el mayor daño posible y el flujo de agua incontrolado dentro del casco, incluyéndose la posibilidad de hundir o escorar al navío atacado.
Segundo, hay que tomar en cuenta también que Washington está preparando una lista de incidentes con qué acusar a Irán y así justificar una intervención militar contra el Estado Iraní y la República Islámica de Irán– a la cual quiere destruir, como los actos de sabotaje contra los cuatro petroleros cerca de Fuyaira el 12 de mayo pasado, los ataques a los dos petroleros en el Golfo de Omán del 13 de junio, o el más reciente incidente con el avión no tripulado de reconocimiento, vigilancia e inteligencia (ISR) marítima del U.S. Navy, el MQ-4C Triton, derribado el 20 de junio.
Tercero, hay que recordar también que EE.UU. apoya a grupos terroristas radicales sunitas en Siria como medio para tumbar al Gobierno Sirio y/o destruir al Estado Sirio sin tener que invadir a Siria formalmente como hizo en Irak en 2003, y ha usado ataques con armas químicas por algunos de los grupos terroristas que apoya en Siria, como el Frente Al Nusra de Al Qaeda, como justificación para bombardear a las fuerzas armadas sirias, en particular a su fuerza aérea, por ser ésta muy efectiva en combatir a los terroristas apoyados por Washington. Estas razones mencionadas le restan credibilidad a los argumentos acusatorios de Estados Unidos contra Irán en el Golfo de Omán, por ser EE.UU. por su intervención en Siria – aparte de intervenciones similares en apoyo al terrorismo en Irak, Libia y Afganistán – probablemente el mayor Estado patrocinador del terrorismo radical sunita a nivel global, apoyado por sus aliados y “socios” Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, el Reino Unido e Israel, entre otros.
Examinemos ahora los argumentos presentados por Washington y sus supuestas pruebas que, según EE.UU., muestran la culpabilidad de Irán en los ataques del 13 de junio.
Cuento del Pentágono número 1: Que guardias iraníes en un bote patrullero removieron una mina lapa sin explotar del casco del petrolero japonés atacado Kokuka Courageous, mostrando un video filmado por una aeronave americana, como prueba de ello. El mensaje de Twitter del U.S. Navy en que se presenta el video acusatorio menciona que la tripulación del petrolero nipón fue rescatada por el destructor de misiles teledirigidos de la Marina de Guerra de EE.UU., USS Bainbridge.
El problema con la explicación del video con los guardias iraníes es que no hay evidencia alguna de que estaban removiendo una mina lapa. Tampoco hay evidencia en el video de que haya habido alguna mina lapa adosada al casco del petrolero. El video en sí por su mala resolución de las imágenes en blanco y negro que contiene, no permite que se vea claramente lo que ocurre, aunque se puede decir que hay unos guardias de pie en la cubierta de su bote patrullero junto al casco del petrolero japonés atacado, probablemente examinando el buque y posiblemente algún daño en la superficie de dicho casco en la parte central del lado de estribor del petrolero. Pero no hay a la vista ningún indicio de la existencia de una mina lapa ni que los guardias filmados hayan estado removiendo una del casco del petrolero japonés atacado.
Hay que tomar en cuenta que el petrolero japonés fue atacado más cerca de la costa de Irán que de la de Emiratos Árabes Unidos, y que es natural que guardias iraníes fuesen a examinar los daños sufridos por el petrolero que navegaba en aguas de jurisdicción iraní cuando fue atacado, hayan sido aguas pertenecientes a la zona contigua, el mar adyacente al mar territorial que son 12 millas marítimas adicionales a las 12 millas marítimas del mar territorial iraní, o a aguas de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Irán, donde el Estado Iraní tiene un interés en preservar la libertad de navegación. Tan solo por este motivo, de garantizar la libertad de navegación para los petroleros de terceros países (un derecho de terceros en la Zona Económica Exclusiva), provenientes de la región del Golfo Pérsico, las autoridades iraníes tenían un motivo legítimo para enviar a su guardia marítima para examinar los daños a un petrolero atacado por atacantes desconocidos, que ponían en peligro con su agresión inesperada y sorpresiva, por no haber guerra, dicha libertad de navegación – y la paz regional – en aguas de interés nacional iraní. Y si Irán tiene el derecho y la obligación de examinar barcos que hubiesen sido atacados por terceros en aguas de su jurisdicción, se puede también afirmar que sería inimaginable que la Guardia Costanera de EE.UU. no investigase ni examinase un barco atacado o accidentado en aguas de EE.UU. o cerca de las mismas.
No está demás decir que para muchos estadounidenses y para los simpatizantes de EE.UU. fuera de dicho país, tan solo porque lo diga el Gobierno de EE.UU., todo lo que diga tiene que ser verdad, incluyendo la acusación carente de pruebas serias e indiscutibles presentada, junto con el video producido por el U.S. Navy, por la marina de guerra americana, pero esto no debe de ser sorprendente. Igualmente, durante la Segunda Guerra Mundial los admiradores de Alemania en la Europa ocupada por los alemanes, y muchos de los mismos alemanes, creían todo lo que el régimen hitleriano decía, siendo por su fe ciega y fanatismo incapaces de pensar por sí mismos, creyendo en una prometida victoria ya imposible en 1943 y 1944. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Cuento del Pentágono número 2: Que una fotografía de la banda de estribor del petrolero japonés Kokuka Courageous – el lado donde fue atacado – mostraba un objeto negro u obscuro adosado al costado del barco a una altura por encima de la línea de flotación que, según el mando del destructor americano Bainbridge, cuyo personal aparentemente produjo la foto, era una “posible” mina lapa. No está de más decir que el supuesto o “posible” objeto que al mando del USS Bainbridge aparentemente le llamó la atención no puede ser identificado basado en la foto como una mina lapa. Es más, es muy probable que la foto haya sido manipulada y retocada por EE.UU. para mostrar un objeto que no estaba originalmente en el costado de estribor del petrolero japonés cuando un medio del destructor americano Bainbridge tomó la fotografía en cuestión.
Se recuerda que la acusación por parte del Pentágono de que el objeto indicado en la foto tomada por el destructor Bainbridge es una “posible” mina lapa es contradecida por el testimonio de la tripulación del petrolero nipón, que asegura haber visto dos objetos volantes – probables misiles – que impactaron el buque a estribor, o que si se desea hacer el mayor daño posible a un barco usándose una mina lapa, que ésta no se colocaría algo encima de la línea de flotación del buque sino a nivel de la línea de flotación – o debajo de ésta – para hacer el mayor daño posible al explotar, o que ¿dónde estaba el destructor Bainbridge? cuando estando en la zona del petrolero japonés atacado, aparentemente no detectó con sus sofisticados sensores a ningún atacante ni tampoco hizo nada para detener el ataque – que no podría haber pasado desapercibido a un moderno destructor de la clase Arleigh Burke Tipo IIA (Flight IIA), con sus sofisticados medios de detección y sensores de radar, sonar (acústicos) y electro-ópticos.
Tan poco convincentes fueron estas dos “pruebas” presentadas por EE.UU. contra Irán que incluso algunos de sus aliados (satélites) objetaron el valor incriminatorio de las mismas. Como ya se ha dicho, el presidente de la empresa japonesa que ha estado empleando al petrolero atacado Kokuka Courageous ya descartó los argumentos de EE.UU. a favor del uso de minas lapa contra el barco japonés, según informe del 14 de junio. Al día siguiente, 15 de junio, se reportó que aliados europeos de Washington descartaban las “pruebas” presentadas por el Pentágono contra Irán. Así, el Ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Heiko Maas, declaró: “El video [producido por el U.S. Navy] no es suficiente. Podemos entender lo que se muestra, sin duda, pero para hacer una evaluación final, esto no es suficiente para mí”. Así mismo, Nathalie Tocci, alta asesora de Federica Mogherini, la saliente Alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, declaró que “necesitamos evidencia creíble” con referencia a las “pruebas” producidas por el Pentágono. Y aunque Francia condenó los ataques a los petroleros del 13 de junio, rehusó en aquel entonces pronunciarse sobre las acusaciones y “pruebas” dadas por EE.UU.
Igualmente, en informe del día 15 de junio, el Gobierno del Japón expresó sus reservas a la “evidencia” presentada por EE.UU. contra Irán: “El gobierno [japonés] no comparte la opinión de EE.UU. sobre el involucramiento de Irán en atacar tanqueros cerca del Estrecho de Ormuz y, como se vio después, reclamó a la parte americana más evidencia. La opinión es que las declaraciones estadounidenses no son suficientemente convincentes”. Tampoco se puede ignorar la opinión profesional al respecto de Rusia, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y país firmante del Plan de Acción Integral Conjunto de 2015 (el acuerdo nuclear con Irán), que según informe noticioso del 26 de junio y en palabras de Sputnik, “Rusia no acepta las presuntas pruebas que implican a Irán en las explosiones de buques petroleros en el golfo de Omán”.
Cuento del Pentágono número 3: Nuevas fotografías a color producidas por el Pentágono, y sobre las que se reportó el 17 de junio, pretendían demostrar – o así lo esperaba EE.UU. – que guardias iraníes en la lancha patrullera ya filmada por el U.S. Navy, junto al petrolero japonés Kokuka Courageous, se les filmó removiendo del casco del barco una mina lapa sin explotar. Eso dice EE.UU. La realidad es distinta. En una foto a color que sería una toma del video ya presentado por la Marina de Guerra de EE.UU. en imágenes en blanco y negro de mala calidad (curioso que no presentaron la primera vez el video a color y en alta resolución – quizás porque de haberlo hecho no habría habido duda alguna de que no había ninguna mina lapa en la filmación), no hay indicio alguno de que los presuntos guardias iraníes estaban manipulando una mina lapa retirándola del casco del petrolero nipón. A esto añado, si el U.S. Navy tiene un video y fotos de los presuntos guardias iraníes en su lancha, ¿por qué no han sido capaces de fotografiar de cerca y de manera detallada la mina lapa en cuestión? – que los estadounidenses dicen que estaba sin explotar adosada al costado del barco japonés.
Otra foto producida por la Marina de Guerra de EE.UU. muestra la lancha de los presuntos guardias iraníes y su cubierta, pero no aparece algo que sería fácil de distinguir en la cubierta de color blanco de la lancha como una mina lapa de color obscuro, como se deduce de la foto a color producida inicialmente por el Pentágono de la banda de estribor del petrolero japonés, junto con su borroso video de la lancha y sus tripulantes. No aparece de manera clara, enfocada y detallada ninguna mina lapa que EE.UU. pretende hacer creer a la opinión pública que se hallaba adherida al casco del petrolero japonés.
La Marina de Guerra de EE.UU. hasta llegó a producir una fotografía del casco del petrolero japonés en que alegan se hallan las huellas de las manos del que removió la supuesta mina lapa, pero sin reproducir una foto de la alegada mina. Da la impresión que EE.UU. se prepara para acusar a un iraní – o a más de uno – de su elección y de su gusto, incluyendo algunos de los guardias que, para examinar el casco del petrolero japonés, haya tocado con sus manos su superficie, pero sin manipular una mina lapa inexistente. Vuelvo a mencionar el testimonio de la tripulación del petrolero nipón, que vio objetos volantes que impactaron su barco.
Es significativa otra foto del U.S. Navy publicada por la agencia de noticias Reuters, reproducida también por RT, en que se ve el boquete causado en el casco del Kokuka Courageous a la altura del cuarto de máquinas por una explosión, y junto a la abertura producto de la explosión, un agujero circular más pequeño que podría ser de una perforación, a la derecha del boquete causado por la explosión. Mi especulación es que la perforación más pequeña y circular de menor diámetro fue causada por un proyectil, probablemente un misil de menor diámetro comparado al diámetro mayor de un misil antinavío de la categoría del Exocet francés o del Harpoon americano, diseñado para penetrar el casco de un navío y explotar dentro del barco, no en la superficie de su casco. La explosión interna del misil, sigue la especulación, habría causado una mayor explosión interna tras impactar un tanque de combustible, por ejemplo. El orificio circular de menor diámetro me recuerda a los impactos de proyectiles antitanque en los blindajes de tanques de la Segunda Guerra Mundial que tras penetrar el blindaje podían provocar explosiones internas que podían hacer explotar al tanque impactado (véase esta foto del orificio de un proyectil antitanque que penetró el blindaje de costado de un tanque alemán Tiger B o Tigre II o a foto de impactos en un tanque T-34 soviético). Se expandirá más sobre los tipos de misiles antinavío de menor diámetro, que pudieron haber causado el presunto orificio de penetración en el casco del petrolero japonés, en la segunda parte de este blog.
Cuento del Pentágono número 4: El 19 de junio Reuters reportó acerca de las declaraciones de un oficial de la Marina de Guerra de EE.UU., que presentó al público supuestas pruebas que incriminarían a Irán como autor de ataques con minas lapa a los petroleros noruego y japonés el pasado mes de junio. Lo que llamó más la atención a este autor fueron parte de las declaraciones del Comandante Sean Kido, jefe de un “grupo de tarea de buceo para la eliminación de munición explosiva y salvamento en el Mando Central de las Fuerzas Navales” de EE.UU. (NAVCENT), citadas por Reuters. En este sentido y citado por el periódico New York Times, que se basa en el informe de Reuters del 19 de junio, el Comandante Kido dijo: “‘El daño en el agujero de la explosión es consistente con un ataque de mina lapa; no es consistente con un objeto volador externo impactando el barco’, él dijo, de acuerdo a Reuters, añadiendo que agujeros de clavos visibles en el casco [del petrolero] mostraban cómo la mina había sido fijada al barco” (las letras cursivas son mías). Un momento – ¿agujeros de clavos en el casco? Si la mina ha sido una mina lapa, ésta es magnética y no necesita de clavos para sujetarla al casco del barco a atacar porque usa imanes para adherirse a una superficie metálica. Realmente, hay que saber mentir y saber contar un relato de ficción bien contado para hacerlo creíble. Las declaraciones del representante del NAVCENT claramente demuestran la falsedad del argumento y acusación de EE.UU., ya que una mina lapa es magnética y no necesita de clavos – porque usa imanes – para adherir la mina a una superficie metálica como el casco de un barco.
Pero la historia no queda ahí. Este autor recuerda haber leído la declaración de Kido sobre los agujeros de clavos para adherir una mina lapa, magnética, al casco del petrolero en un artículo de Reuters publicado por la mañana del día 19 de junio, a las 7:25 AM hora este de EE.UU. (el horario de Washington, DC, por ejemplo). Este mismo artículo lo consultó el autor por la noche del día 19 de junio, y la referencia original del Comandante Kido, hablando de los agujeros de clavos para adherir la mina lapa al casco del barco japonés atacado, había sido removida, probablemente censurada, después de haber sido actualizado dicho artículo por la tarde del día 19.
Felizmente el autor halló referencias al artículo de Reuters original sin actualizar en el artículo citado del 19 de junio publicado en el New York Times, citando la reportada declaración imaginativa original del Comandante Kido con sus agujeros de clavos para una mina lapa magnética. También el artículo original de Reuters aparece en memoria caché y en otros artículos de la agencia de noticias que no fueron actualizados omitiendo la fantástica referencia a una mina lapa magnética adherida con clavos. Lo que se publica en Internet difícil es de eliminar por completo una vez publicado en línea.
En cuanto a las demás declaraciones del representante del NAVCENT americano, a) de que se halló un imán de la mina lapa sin explotar en el barco japonés atacado, b) de que la supuesta mina lapa usada en el ataque “sorprendentemente tiene un parecido a minas iraníes que ya se han mostrado públicamente en paradas militares iraníes”, en palabras de Kido pero sin mostrar una fotografía de la presunta mina lapa que no explotó en el Kokuka Courageous (¿cómo pueden pretender reconocer el tipo de mina lapa sin aparentemente tener una foto de primer plano y detallada de la susodicha mina, que EE.UU. alega estaba adherida al petrolero japonés?) y c) que no hubo un ataque con objetos voladores al petrolero nipón, como dijeron los miembros de la tripulación que los vieron impactar su barco, se puede concluir que adolecen de falsedades y mentiras, como lo de los clavos para sujetar al costado metálico de un barco una mina lapa con imanes. A las falsas acusaciones hay que añadir la falta de credibilidad que el Gobierno de EE.UU. tiene, por los argumentos anteriormente expuestos.
———-
El Dr. Lajos Szászdi León-Borja es profesor en la Universidad Interamericana de Puerto Rico. Tiene un B.A. y M.A. de la Escuela Elliott de Asuntos Internacionales y una Maestría y Doctorado en Política Mundial de la Universidad Católica de América.