El canciller de Rusia, Serguei Lavrov, afirmó este miércoles que el Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) y las potencias europeas que intervienen en el conflicto armado de Siria, intentan prolongar la guerra en el país árabe por fines geopolíticos.
Asimismo, denunció que estos actores agrupados en la llamada coalición internacional, también respaldada por varios Estados árabes del Golfo Pérsico y la acción del régimen de Israel, prestan colaboración para preservar a la organización terrorista Frente al-Nusra, actualmente la banda extremista de mayor envergadura en Siria.
Tras más de ochos años de guerra, el Ejército Árabe Sirio y las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia han logrado significativo progreso en su contraofensiva antiterrorista, recuperando cerca del 70 por ciento del control territorial del país.
El avance definitivo de las fuerzas gubernamentales y sus elementos aliados, han arrinconado al Frente al-Nusra y otros grupos radicales minoritarios hacia el eje de las provincias de Hama (oriente) e Idlib (noroeste), donde sostienen una zona de retaguardia que representa su último bastión.
En la misma línea expresada por el ministro de Exteriores ruso este miércoles, el Gobierno del presidente sirio Bashar al-Asad ha denunciado en reiteradas ocasiones como los terroristas son constantemente reequipados y reagrupados por los países interesados en prolongar el conflicto.
Los constantes hallazgos de armamento de fabricación estadounidense e israelí en poder de los radicales, así como el montaje de falsos ataques químicos para posteriormente inculpar al Ejército sirio, han demostrado la manipulación intencionada de la guerra más mortífera del siglo XXI.