Se trata de una trabajadora de una empresa de servicios del aeropuerto de Son Sant Joan de Mallorca. Sucede que hace una semana, cuando la mujer iba al trabajo pasó el control de seguridad. Al parecer, el detector estaba más sensible que lo habitual y sonó. La trabajadora fue registrada por el personal privado del aeropuerto y, finalmente, al no haber ninguna anomalía se fue a su puesto de trabajo. Pero al cabo de un tiempo, mientras se encontraba en una reunión, dos agentes de la Guardia Civil se personaron para pedirle que les acompañaran, que debía pasar otra vez el control. Petición que fue satisfecha por la trabajadora.
El nuevo control lo pasó sin problemas, de modo que ella se dispuso a marcharse despidiéndose en catalán. Según parece, a uno de los guardias civiles no le gusto ni un poco siquiera que utilizara el catalán para despedirse, de modo que con cierto cabreo le dijo: “o hablas español o no entras”.
La cosa fue a más porque la mujer le respondió que tenía derecho de hacerlo en el idioma que quisiera, por lo que, en represalia, el agente le negó la entrada y le acusó de no haber pasado el control, lo que era una sucia mentira.
En definitiva, la trabajadora no es que se enfrente hasta a 200.000 euros de multa por el hecho de hablar en catalán, que esto no es sancionable, sino porque le acusan de haber puesto en peligro la seguridad del aeropuerto, lo que es mentira. Eso sí, todo ello por expresarse en catalán. ¡Que tremendo «delito»!
Lamentable. El uso de los diversos lenguajes. Ese G. C. Necesita educación y humildad