EEUU decidió imponer sanciones al ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, el hombre cuyas conversaciones con los medios estadounidenses desarmaron por completo a la administración estadounidense, mientras que Mike Pompeo ya había decidido restringir en gran medida sus movimientos en suelo americano durante la visita de Zarif a la ONU. Para muchos observadores, la decisión del Tesoro de EEUU anula las posibilidades de iniciar un diálogo entre ambos lados.
La reacción del ministro Zarif a esta confesión de impotencia estadounidense no llevó mucho tiempo. No se mostró impresionado: él y su familia no tienen propiedades o intereses en territorio norteamericano así que las sanciones no les afectan en nada.
“La razón por la que EEUU me está atacando es porque soy el principal portavoz de Irán en todo el mundo. Esto no tendrá ningún efecto sobre mí y mi familia. No tengo bienes o intereses fuera de Irán. Gracias por verme como una gran amenaza para vuestra agenda.”
Esta decisión se tomó poco después de las entrevistas de Zarif con los medios estadounidenses, a pesar de las restricciones de la administración Trump a los diplomáticos iraníes en EEUU. El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, no pudo evitar desahogar su ira e impotencia contra su homólogo iraní y su reconocido talento para transmitir el mensaje de su pueblo al mundo.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Abbas Musavi, por su parte, denunció una decisión que refleja “el temor de los estadounidenses a un discurso diplomático lógico y convincente”.
“Las autoridades de EEUU temen la lógica y la fuerza de la convicción que provienen del discurso de Zarif y sus estrategias de negociación.”
Press TV / Al Manar