Estados Unidos ha impuesto nuevos aranceles al acero estructural de China y México ante la presunción de que violan las leyes “antidumping” de Washington.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos informó el miércoles en un comunicado de la aplicación de aranceles de hasta 141 % al acero estructural fabricado en China y de hasta 31 % sobre el producido en México, tras encontrar que los dos países vendieron ese producto a precios inferiores al valor del mercado.
De acuerdo con el texto, los resultados de una investigación preliminar mostraron que los exportadores de México y China han vendido con dumping estructuras de acero para construcción de márgenes que van desde el 0,0 % al 141,38 % y del 0,0 % al 30.58 %.
El Departamento de Comercio “instruirá a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos para que cobre los depósitos en efectivo de los importadores de acero estructural fabricado en China y México con base en las tasas preliminares mencionadas anteriormente”, reza la nota.
EE.UU. ya ha excluido la mayoría de los productos de acero chinos de su mercado en el marco de las anteriores normas antidumping del Departamento de Comercio y del arancel del 25 % impuesto por el presidente Donald Trump.
La investigación —cuyas determinaciones finales se anunciarán el 24 de enero de 2020— no ha afectado a los marcos de acero de Canadá que por el momento se libran de las tarifas antidumping impuestas por el Departamento de Comercio estadounidense.
En respuesta a la medida de Washington, el Gobierno mexicano aseguró que proseguirá apoyando a “las empresas mexicanas involucradas en el procedimiento antidumping y participando activamente en el procedimiento antisubvenciones”.
Según el Departamento de Comercio norteamericano, en 2018, las importaciones de acero estructural de Canadá, China y México se estimaban en 722,5 millones, 897,5 millones y 622,4 millones de dólares, respectivamente.
La Administración de Trump insiste en su guerra arancelaria contra China y otros países, sus aliados incluidos, aun pese a que, según advierten varios analistas, la medida del mandatario republicano jugaría en su contra y dañaría la economía estadounidense.
Más de 200 empresas estadounidenses firmaron a finales de agosto una carta en la que pidieron a Trump levantar los aranceles contra China para no afectar más a la economía estadounidense.
