Irán condena sanciones de EE.UU. contra China y Rusia, y advierte sobre las consecuencias del unilateralismo en el marco del terrorismo económico de Washington.
“La República Islámica de Irán, como la principal víctima del terrorismo económico, condena el comportamiento desestabilizador de EE.UU., como sus sanciones contra varias empresas chinas, y advierte a la comunidad internacional sobre las consecuencias del unilateralismo en el marco del terrorismo económico de Estados Unidos”, ha declarado este viernes el portavoz de la Cancillería de Irán, Seyed Abás Musavi.
El vocero iraní de esta manera se ha referido a las sanciones anunciadas el miércoles por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos a cinco individuos y seis firmas de China por incumplir las medidas restrictivas de Washington contra el país persa.
Las recientes sanciones del Gobierno estadounidense contra varios países son contrarias a la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (CSNU), la cual ha alentado y enfatizado la cooperación de todos los países con Irán, ha explicado Musavi.
Al respecto, ha indicado que el Gobierno estadounidense está castigando a otros países por cumplir una resolución que el mismo país norteamericano la votó.
En otra parte de sus declaraciones, ha denunciado también las restricciones de Washington contra varios buques e individuos rusos por evasión de las sanciones contra Siria, y ha explicado que el uso excesivo de sanciones y terrorismo económico por parte de la Administración estadounidense se ha convertido en un factor en contra de los intereses de las empresas del mismo país norteamericano.
La política de sanciones del Gobierno de Washington presidido por Donald Trump “ha aumentado la preocupación por la negación de la libertad del comercio internacional de otros países independientes”, ha indicado el diplomático iraní y ha llamado a la comunidad internacional que encuentre soluciones ante tales políticas unilaterales de EE.UU.
Según varias autoridades del país persa, los embargos por parte de Washington contra Irán y los países que tienen relaciones comerciales con Teherán, evidencian “la desesperación y el fracaso de la campaña de presión máxima” estadounidense contra la República Islámica.