Las tendencias reaccionarias se hacen cada vez más fuertes en el devenir de la Revolución cubana.
La apertura del país a la explotación de sus ciudadanos por empresas extranjeras fue quizás el primer aviso.
Luego, el país que gozaba de haber superado el tránsito del capitalismo al comunismo (en su primera fase) decide volver atrás y restaura la clase pequeñoburguesa expulsando a cerca de un millón de trabajadores del sistema productivo socialista.
Se aprueba toda una serie de reformas y medidas que no hace más que potenciar a la incipiente clase pequeñoburguesa, con aparición de toda una serie de contradicciones como desabastecimiento de comercios estatales en favor de privados.
Todo marxista sabe que el devenir se compone de dos momentos, nacer y perecer, que aplicado a los procesos sociales se denominan progreso y reacción. Cuando se deja de luchar contra las tendencias reaccionarias, y peor aun, cuando dichas tendencias se apoyan y refuerzan, el resultado solo puede ser uno: gana la reacción, pierde el progreso, se restaura el capitalismo.
Cuba entrega el título de Dr Honoris Causa a uno de los principales representantes de los intereses de la burguesía rusa.