Rafael Grossi, “espía” de la CIA, goza del apoyo de países prosionistas como EE.UU. y Argentina para liderar la AIEA y golpear a Irán.
Andrea Indu, corresponsal de la Radio Nacional de Venezuela, ha informado este lunes que “el próximo jueves se elegirá” al sucesor del japonés Yukiya Amano, máximo responsable de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), fallecido el pasado 18 de julio a los 72 años.
De momento, el único candidato firme para aspirar a este cargo es el argentino Rafael Grossi, que entre 2009 y 2013 fue jefe de Gabinete de Amano y director general adjunto para asuntos políticos de la AIEA y ahora es embajador de su país en Viena y ante los organismos internacionales en la capital austriaca.
La corresponsal recuerda que el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, se reunió en agosto con Grossi, mientras su país estaba haciendo lobby con otros para conseguir, por medio de presiones, que Grossi se haga con el control mundial de la energía nuclear. El proceso sigue su curso, pero dicho diplomático “no observa los principales éticos”, denuncia Indu.
Al respecto, la Radio Nacional de Venezuela afirma que tiene acceso a información inédita sobre Grossi: “audios que prueban que él reveló la información clasificada de ciertos países miembros, de Irán incluido, a algunos embajadores fuera de la AIEA”. Grossi, además, está acusado de “espiar para la Agencia de Inteligencia Central de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés)».
Tales actividades, de demostrarse, de acuerdo con Indu, pondrán en entredicho su derecho a proclamarse sucesor de Amano, pese al apoyo que recibe de Washington y del Gobierno del presidente de su país, Mauricio Macri que, según la corresponsal, “tienen fuertes conexiones con el sionismo internacional”.
“Tenemos que esperar para ver cuáles serán los resultados de la elección. Lo que pronto se hará público es crucial para el mundo entero. EE.UU., con los lobbies y las presiones que ejerce, quiere que Grossi esté a la cabeza de la AIEA”, insiste Indu.
La Junta de Gobernadores de la AIEA adoptó en agosto en Viena un cronograma para elegir y designar a un nuevo líder del organismo atómico, que sustituya oficialmente a Amano a partir de enero de 2020.
En breve, la Junta deberá elegir (por medio de una votación y con una mayoría de dos tercios) al nuevo responsable máximo del organismo internacional.
Un posible rival de Grossi es el actual director general interino de la AIEA, el rumano Cornel Feruta, coordinador general del organismo internacional y mano derecha de Amano. Los otros dos aspirantes son la eslovaca Marta Ziakova, directora del ente regulador nuclear de su país, y Lassina Zerbo, de Burkina Faso, secretario ejecutivo de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (OTPCE).
La AIEA es responsable de inspeccionar, verificar y ratificar el nivel de compromiso de Irán con el acuerdo nuclear, alcanzado en 2015, entre Teherán el Grupo 5+1 (entonces formado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania).
Hasta el momento la AIEA, incluso tras la muerte de Amano, ha ratificado que Irán sigue fiel al pacto, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC, o JCPOA, por sus siglas en inglés).
Por eso es tan importante quién sucederá a Amano para EE.UU. y sus aliados. Necesitan un secretario general de la AIEA que repita los dictados de la Casa Blanca y Tel Aviv sobre las actividades nucleares de Irán.
La Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, retiró el 8 de mayo de 2018 a su país del acuerdo nuclear y remató la medida unilateral aplicando varias rondas de sanciones contra Irán. Intentó, en vano, que otros países le secundaran en sus esfuerzos para aislar a Irán económicamente, pero, al no tener éxito, quiere tentar su suerte desde la dirección de la AIEA.