Rusia ha enviado otro buque de guerra equipado con misiles de crucero Kalibr a su base naval de Tartus, en las costas occidentales de Siria.
La fragata rusa Almirante Grigorovich ha sido avistada este sábado, primero, cruzando el estrecho del Bósforo, cerca de la ciudad turca de Estambul, y luego adentrándose en el mar Mediterráneo, según ha informado el portal de noticias Al-Masdar News, citando a Yörük Işık, fotógrafo y observador del aludido estrecho.
La citada nave de guerra, que forma parte de la Flota del mar Negro de la Armada de Rusia, se dirige al puerto de Tartus, en el oeste de Siria, armada con misiles de crucero Kalibr SS-N-27 y transportando tropas especiales, detalla la fuente.
El informe, además, ha resaltado que esta embarcación forma parte del apoyo militar que el Gobierno ruso otorga a Damasco en su masiva operación antiterrorista en la provincia siria de Idlib.
Rotation-Redeployed to Tartus naval base in Eastern Med after 232days: Armed with Kalibr SS-N-27 missiles, #ВМФ Project11356M Admiral Grigorovich class guided missile frigate #ЧФ Black Sea Fleet 30th Surface Ship Division’s Admiral Essen transited Bosphorus towards Mediterranean pic.twitter.com/4FftJ5cfdP
— Yörük Işık (@YorukIsik) December 21, 2019
Un reporte publicado por el mismo Al-Masdar News indica que la Armada rusa ha utilizado esta misma jornada algunos misiles de crucero para apuntar las posiciones terroristas en el sur de Idlib. La información, no obstante, aún no ha sido confirmada por parte de los militares rusos.
El aumento de la presencia militar rusa en Siria tiene lugar en momentos en que el Ejército sirio y sus fuerzas aliadas han intensificado sus ataques en la provincia de Idlib, último bastión terrorista en el noroeste del país árabe.
Conforme a la agencia oficial siria de noticias SANA, las fuerzas progubernamentales, apoyadas por la Aviación rusa, se han hecho este sábado con el control de nuevas áreas de territorio, arrebatando así a los terroristas varias localidades en la parte sureña de Idlib.
Rusia siempre ha expresado su apoyo a la ofensiva contra Idlib y ha rechazado las presiones de los países occidentales para impedir la operación del Ejército sirio en esta región, cuya liberación marcaría el fin del conflicto en el país árabe.
