Lola Jiménez.— ¿Y el pueblo trabajador que vive diariamente la explotación y la discriminación? Vivimos en barrios con escasas dotaciones y peores infraestructuras. En viviendas de las que nos desahuciarán si perdemos el contrato temporal o el empleo a tiempo parcial. Somos quienes no pueden enfermar, porque nos despiden. Quienes no sabemos si podremos jubilarnos; o jubiladas de pensiones mínimas; o las que deberíamos estar ya pre-jubiladas pero seguimos limpiando hoteles. Somos pobres aunque trabajemos. Los datos evidencian un incremento notable de la pobreza de una parte cada vez mayor de la clase obrera. Somos quienes todo lo producimos y vivimos diariamente esa contradicción entre el carácter cada vez más social de la producción y la propiedad privada de los medios de producción y cambio. ¿Nos vamos a dejar embaucar con falsas promesas y falso progresismo?. No debiéramos confiar la recuperación de derechos sociales, políticos y de libertades, que conquistamos con la lucha, a la casta gobernante.
Empecemos exigiendo el cumplimiento de lo prometido en el pacto de gobierno, que responda a los intereses obreros y populares, como el caso del SMI (no la migaja de 50 € a cambio de paz social) o la anulación de ciertas leyes. No conformarnos con humo y, a la vez, señalar y exigir aquello que se omite en el pacto, como el cierre de los CIES, la derogación de la Ley Antiterrorista o la de Extranjería, entre otras muchas, o la reducción del gasto militar.
Movilización y lucha, organizando todo tipo de plataformas y protestas, remando contra el discurso desmovilizador de pacto, dejación y derrota. Con programa propio que permita al movimiento obrero y popular colocarse en un camino que no se aparte de la defensa de sus propios intereses. Continuemos con una intensa lucha por los derechos de la clase obrera y contra todo abuso patronal. Todos los días se dan situaciones de abusos patronales, despidos, represión sindical, que deben ser contestadas levantando combativas barricadas en defensa de la clase obrera. Esas experiencias de lucha nos fortalecen como clase y elevan las capacidades de las masas.
Se impone la necesidad de armar una potente contraofensiva obrera y popular que enfrente la agresión capitalista y los grandes retos sociales. Clase trabajadora organizada más allá del ámbito laboral, para seguir defendiendo nuestros derechos y necesidades. Cultura, sanidad, educación, limpieza, vivienda, urbanismo, transporte, deporte, tiempo libre, derechos de las mujeres, de la juventud, medio ambiente. La lucha obrera y la movilización popular continuadas, son la única garantía de victoria frente a las clases parasitarias que todo nos lo roban. En una situación en la que la clase dominante enfrenta graves dificultades para mantener su dominación, el bloque obrero y popular tiene que aprovechar la ocasión para golpear de forma continuada y conseguir cambiar la correlación de fuerzas y hacer avanzar sus posiciones clasistas.
Es el momento de trabajar para poner en marcha un amplio proceso, de unidad y movilización, que impida a la oligarquía española consolidar su poder en una fase superior de explotación y violencia con la ayuda del gobierno de la socialdemocracia.