En alusión al bote del nuevo coronavirus 2019 (COVID-19) en Irán, el jefe de la Organización de Defensa Pasiva, el general de brigada Qolamreza Yalali, ha afirmado que las armas biológicas, sean cuales sean sus orígenes, amenazan el país, por lo que es necesario fortalecer la defensa para repelerlas.
“Nosotros estamos, por el momento, implicados en una lucha o mejor dicho una defensa a gran escala por las amenazas biológicas. Sean cuales sean sus orígenes (…) es absolutamente importante revisar los puntos débiles y fuertes de la estrategia, el diseño y la ingeniería de la estructura de nuestra defensa biológica”, ha insistido Yalali en un comunicado emitido este viernes con motivo del Año Nuevo persa (Noruz).
Ante la actual situación que atraviesa no solo Irán, sino el mundo entero, es necesario atender al sector de defensa pasiva, ha recalcado.
Sin embargo, lo que prioriza hoy en día, de acuerdo con el alto militar, “es enfocarnos en hacer todo lo que esté a nuestro alcance para apoyar a los defensores de la salud que están al frente de la lucha contra el temible COVID-19”, para lo cual aún no se ha encontrado una vacuna.
Yalali ha felicitado Noruz y afirmado que el año 1398, según el calendario solar, fue un año duro, que inició con una serie de inundaciones en muchas ciudades y aldeas del país y terminó con el temible COVID-19, sin embargo, la nación demostró la unidad incluso ante el brote de “un maldito virus” como este.
Al respecto, el jefe de la Organización de Defensa Pasiva ha recordado las palabras del Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, sobre similitudes entre la lucha contra el nuevo virus y “una maniobra pública”, donde no se trivializa la gravedad de la situación, ni se le da una importancia excesiva.
La idea de una guerra biológica fue planteada también por Philip Giraldi, exfuncionario de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU., quien baraja que su país podría haber “creado” el temido virus, en colaboración con Israel, para dañar a China e Irán.
Giraldi afirma que hay muchas evidencias que prueban que el COVID-19 no nació de forma natural, es decir, por medio de mutaciones, sino más bien fue cultivado en un laboratorio, posiblemente para servir como “un agente de guerra biológica”.
