La pandemia de covid-19 ha mostrado que el mundo se enfrenta a un “enemigo peligroso”, en lucha contra el cual requiere de la solidaridad tanto nacional como internacional, afirmó el presidente de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Al abrir la 73 sesión de la Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra (Suiza), el alto funcionario de la ONU instó a tratar el nuevo coronavirus con el respeto y atención que merece por contar con una combinación peligrosa: “es eficiente, rápido y letal”.
“Puede operar en la oscuridad, propagarse silenciosamente si no prestamos la atención y estallar repentinamente si no estamos listos. Se mueve como un incendio forestal“, dijo.
Más de 4,5 millones de infecciones por covid-19 han sido reportadas a la OMS y el saldo mortal excede ya las 300.000 personas.
Sin embargo, según Ghebreyesus, esas cifras por sí solas no cuentan la historia del coronavirus, cuyos impactos “se extienden más allá de la enfermedad y la muerte causados por el virus en sí”.
La interrupción de los sistemas de salud amenaza con deshacer décadas de progreso contra la mortalidad materna e infantil, el VIH, la malaria, la tuberculosis, las enfermedades no transmisibles, la salud mental, la poliomielitis y muchas otras dolencias que requieren atención urgente.
Al mismo tiempo, es mucho más que una crisis sanitaria, por llevar a la pérdida de trabajo para centenares de millones de personas y sembrar el miedo y la incertidumbre, mientras que “la economía global se dirige hacia su mayor contracción desde la Gran Depresión”.
“Pese a todo el poder económico, militar y tecnológico de las naciones, este pequeño microbio nos ha humillado”, manifestó Ghebreyesus, y apuntó que todos los países, “ricos y pobres, grandes y pequeños”, se enfrentan a desafíos para lidiar con el virus.
Recordó que el riesgo sigue siendo alto, dado que la proporción poblacial que cuenta con anticuerpos no pasa del 20 % y en la mayoría de los países del 10 %. Por lo tanto, el mundo todavía tiene un largo viaje por delante, “mediante el trabajo duro, la fidelidad a la ciencia, el aprendizaje y adaptación a medida que se avanza y se toman decisiones difíciles”.
“No hay bala de plata. No hay solución simple. No hay panacea. No hay enfoque único para todos”, indicó el jefe de la OMS, reiterando la necesidad de un enfoque comprehensivo, que supone detectar, aislar, testear y cuidar de cada caso y rastrear y poner en cuarentena cada contacto, además de la necesidad de participación de todo el gobierno y toda la sociedad.
Instó a cada país y cada organización a estudiar su respuesta a la pandemia y aprender de ella, y subrayó la unión nacional y la solidaridad global como ingredientes esenciales para derrotar el virus.