Según recogen los medios este viernes, Mohamad Baqer Qalibaf, en referencia al aniversario del levantamiento del pueblo iraní del 15 de Jordad de 1963—que este año coincidió con el 4 de junio—subrayó en Twitter que “hace 57 años, el pueblo iraní, junto con su Imam (Jomeini, que descanse en paz), gritó ‘no podemos respirar’ mientras Irán sea el patio trasero de los arrogantes”.
Hace 57 años, los iraníes, indignados por la detención del fundador de la República Islámica de Irán, el Imam Jomeini (P), se tomaron las calles para protestar, pero terminó en una sangrienta jornada que fue el preludio de la victoria de la Revolución Islámica de Irán (1979).
“No podemos respirar”, se ha convertido en un lema contra el racismo y la violencia de la Policía de EE.UU., a raíz de un vídeo que muestra cómo el agente Derek Chauvin presiona con su rodilla el cuello del afroestadounidense George Floyd, a quien en varias ocasiones se le escucha decir: “No puedo respirar”. Este asesinato, ocurrido en el estado de Minnesota, ha provocado múltiples protestas y denuncias en todo Estados Unidos y diversas partes del mundo.
El presidente de la Asamblea Consultiva Islámica de Irán (Mayles), que asumió el cargo el 27 mayo, agregó en su tuit que “el Imam Jomeini mostró al mundo que la rodilla de un Estados Unidos criminal puede ser levantada de las gargantas de los oprimidos y que ese país puede recibir una bofeteada tan fuerte que le deje sin poder para la ocupación, el golpe de Estado y el saqueo de los pueblos”.
La Cancillería de Irán, a través de su portavoz Abás Musavi, denunció el asesinato de Floyd como una demostración desgarradora del racismo sistemático y supremacismo blanco que practica el Gobierno norteamericano, en particular con las minorías, y exigió a las autoridades estadounidenses que llevasen ante la justicia a los responsables de estos crímenes.
Estados Unidos lleva más de una semana hecho un polvorín de manifestaciones antirracistas, mientras la Policía para contenerlas no ha dudado en lanzar gases lacrimógenos, granadas aturdidoras o aerosoles de pimienta e, incluso, ha usado armas de fuego. De hecho, el presidente Donald Trump ha amenazado abiertamente con más represión contra los descontentos.