El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, ha informado este miércoles de las nuevas sanciones impuestas al presidente sirio, Bashar al-Asad, y a su esposa, Asma, así como el inicio de una “campaña sostenida de presión” contra Siria, bajo la denominada Ley César.
La misma jornada, la Cancillería rusa, en un comunicado, ha denunciado que, según representantes de agencias humanitarias especializadas de las Naciones Unidas, las antiguas y las nuevas sanciones de EE.UU. han puesto al “borde de la supervivencia” a miles de ciudadanos sirios.
Esto, conforme explica la nota, debido a que las sanciones unilaterales —que han estado vigentes durante varios años, y a las que hoy se agregan nuevas restricciones— han desencadenado en gran medida la devaluación de la libra siria y la subida brusca de los precios del combustible, los alimentos y las mercancías que tienen relación con las necesidades básicas.
Además, pone de relieve que “no es ningún secreto” que las sanciones unilaterales que adopta EE.UU. sin el visto bueno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), bloquean la importación de fármacos a Siria, incluidos los materiales para la producción de medicamentos y anestésicos, computadoras y dispositivos de alta tecnología (escáneres de rayos X, ventiladores mecánicos, máquinas de diálisis y radioterapia), así como fertilizantes, sistemas de tratamiento de agua, equipos de construcción y generadores de energía, entre otros productos.
Por tanto, Rusia deja claro que la llamada “Ley César, cuyo objetivo se presenta como ‘la protección de la población civil’, en realidad perjudica al pueblo sirio”.
Siria es objeto de más de 20 tandas de sanciones impuestas por EE.UU. y otros países occidentales y, entre las más recientes figura la “Ley César”, aprobada en diciembre de 2019 por el Congreso y el presidente de EE.UU., Donald Trump, como la más severa medida coercitiva contra un pueblo que sufre desde más de ocho años, una guerra catastrófica a todos los niveles, y no controla una parte importante de sus recursos y riquezas naturales.
Desde Siria, la nación afirma que la Ley César, al igual de todas las sanciones anteriores impuestas sobre Siria, jamás logrará romper su la voluntad ni cambiar sus principios, pese a las consecuencias. El presidente Al-Asad califica de “injustas” e “ilegales” las sanciones occidentales, puesto que privan al pueblo sirio de sus derechos básicos.