Los ecologistas alemanes impulsan la campaña imperialista de presión contra China

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El viernes los senadores estadounidenses Marco Rubio (republicano) y Bob Menéndez (demócrata) crearon la IPAC (Alianza Interparlamentaria contra China), un nuevo bloque para mantener la presión contra el país asiático.

La IPAC está encabezada por Estados Unidos, Australia y Japón. En su dirección están los desestabilizadores de Hong Kong, entre ellos el doctor Darren Mann, un cirujano británico con experiencia en zonas de guerra y conflictos armados, y el vicepresidente del Congreso Mundial Uigur, con sede en Munich.

También está Robert L. Suettinger, que ha tenido una larga carrera en la dirección de inteligencia de la CIA.

La IPAC han involucrado a miembros de doce parlamentos, entre ellos los del Partido Verde alemán, Margarete Bause -miembro del Bundestag alemán- y Reinhard Bütikofer -miembro del Parlamento Europeo-, que están entre los vicepresidentes de la alianza.

Uno de los objetivos de la IPAC es conseguir que la Unión Europea aplique las sanciones de Estados Unidos contra el gobierno de Pekín, una propuesta que no cuenta con el apoyo de la mayor parte de los gobierno europeos, pero sí del Parlamento Europeo.

En febrero de este año, durante la Conferencia de Seguridad de Munich, Reinhard Bütikofer, miembro ecologista del Parlamento Europeo, ya propuso la creación de un grupo de presión legislativa de este tipo. Ahora es vicepresidente del IPAC.

En Alemania Los Verdes son la columna vertebral de la política imperialista de Estados Unidos en Europa, y no les importa coincidir con tipejos de la más baja estofa reaccionaria de Estados Unidos, como Rubio y Menéndez.

Particularmente, el ecologista Bütikofer es un perro de presa que se ha declarado partidario de varias guerras imperialistas llevadas a cabo por su país, como la de Yugoslavia en 1999, en la que la OTAN bombardeó la embajada china en Belgrado.

Bütikofer apoyó aquella guerra e incluso administró la política de la coalición entonces en el gobierno, dirigida por el Partido Verde.

Las medidas del gobierno chino en Hong Kong y Xinjiang son el pretexto de la campaña de presión imperialista. Próximamente Trump promulgará una ley del Xinjiang, que se sumará a la que ya está vigente sobre Hong Kong desde el año pasado.

Recientemente Bütikofer se manifestó a favor de la creación de un mecanismo concertado de sanciones a escala europea, a fin de lograr “la imposición de sanciones por violaciones de los derechos humanos por parte de los dirigentes chinos”.

La IPAC ha optado por tratar de influir a través de los parlamentos, mientras que la Casa Blanca lo intenta a través de los gobiernos.

Desde hace algún tiempo en Gran Bretaña un grupo de apoyo particularmente sumiso a Estados Unidos ha estado insistiendo en que se anule la decisión del gobierno británico sobre la participación limitada de Huawei en el establecimiento de la red británica 5G.

Recientemente cuando el último gobernador colonial británico de Hong Kong, y antiguo Comisario de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, Chris Patten, pidió -sobre la base de la nueva ley de seguridad decidida por China en Hong Kong– que los imperialistas adoptaran medidas conjuntas contra China. El llamamiento tenía por objeto movilizar al mayor número posible de parlamentarios para que adoptaran una política de enfrentamiento con Pekín, pasando por alto a los gobiernos locales.

El llamamiento ya ha recogido las firmas de 853 políticos de Europa, América del norte, Australia y Japón, la mayoría de ellos parlamentarios de los parlamentos nacionales y del Parlamento de la Unión Europea. El llamamiento del antiguo gobernador colonial ha recibido un apoyo especialmente entusiasta de Los Verdes alemanes, cuyos nombres se encuentran junto a los de la reacción como Marco Rubio y Ted Cruz.

La cooperación entre Los Verdes alemanes y la más negra reacción de Estados Unidos tiene una larga tradición en la política del imperialismo hacia China. Los ecologistas alemanes y la reacción estadounidense han apoyado durante muchos años a los círculos tibetanos vinculados al Dalai Lama, que recurren al terrorismo en su oposición a Pekín, llegando incluso a exigir que el Tíbet se separe de China.

En protesta por las acciones del gobierno de Pekín en Xinjiang, la reacción estadounidense y los ecologistas alemanes trabajan codo con codo. Se oponen a la lucha de China contra los yihadistas uigures mientras defienden los crímenes masivos cometidos desde el 11 de septiembre de 2001 por los imperialistas en su “guerra contra el terrorismo”, tales como el secuestro y tortura de detenidos.

El gobierno alemán de coalición que formaron la socialdemocracia y Los Verdes, está involucrado en los crímenes de guerra cometidos desde 2001 en Oriente Medio y, en particular, Bütikofer era entonces el dirigente político de los ecologistas.

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