Rusia podría responder con un ataque nuclear a cualquier misil balístico lanzado contra el país, incluido uno no nuclear, afirmó el mayor general Andréi Sterlin, miembro del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas rusas.
Con el aviso de información fiable sobre el lanzamiento de un misil balístico contra Rusia o sus aliados, hecho registrado por el sistema de alerta temprana, no será posible determinar si es nuclear o no, explicó el alto cargo.
«Por lo tanto, cualquier misil será tratado como portador de una carga nuclear«, escribió en un artículo para un periódico del Ministerio de Defensa.
La cúpula militar y política de Rusia será avisada de manera automática sobre el misil, que definirá la escala de respuesta de las fuerzas nucleares en función de la situación.
El único convenio vigente al respecto entre Rusia y Estados Unidos, el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START III), expira en febrero de 2021. Washington ha anunciado que no va extenderlo en su forma actual. El mismo limita la cantidad de ojivas nucleares en arsenales de cada país y estipula inspecciones y monitoreo de uno al otro ‘in situ’ y de manera remota.
Sterlin y Alexánder Jriapin, investigador del Centro de Investigación Estratégica Militar de la Academia Militar rusa, creen que la expiración del Start III permitirá a Washington aumentar sin límite su arsenal de armas nucleares y dejará al planeta «balanceándose al borde de una catástrofe nuclear«.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, aprobó el pasado 2 de junio los Fundamentos de la política estatal en el campo de la disuasión nuclear, que confirman que la política gubernamental rusa en esta materia «es de naturaleza defensiva», y le reservan a Moscú el derecho a un ataque nuclear, ya sea en respuesta a un ataque similar o en caso de agresión contra el país con armas convencionales cuando se vea amenazada la existencia del Estado.