“Tras la detención del ruso Yegor Kryuchkov, de 27 años, el 22 de agosto, en EE.UU., nos gustaría alertar a los ciudadanos de nacionalidad rusa que viajan al extranjero de la amenaza de convertirse en blanco de persecución por parte de los cuerpos de seguridad y de las agencias de inteligencia de EE.UU.”, se lee en un comunicado emitido el viernes por la Cancillería rusa.
Al recordar que 56 casos de esta índole ocurrieron en 2008 y seis en 2019 en países terceros, la nota recalca que los cuerpos de seguridad y de inteligencia de Estados Unidos “siguen deteniendo” a personas de nacionalidad rusa que residen en cualquier parte del mundo.
El texto indica que Maria Butina (2018) Víctor Bout (2008) Román Selezniov (2014) y Konstantin Yaroshenko (2010) son algunos ciudadanos rusos detenidos, y denuncia que los agentes estadounidenses les someten a “grandes presiones psicológicas” y hacen “insoportables” las condiciones de su encarcelamiento para obligarlos a declararse culpables “en casos fabricados”.
Si los ciudadanos encarcelados aún se niegan a declararse culpables, la Justicia estadounidense emite sentencias “pesadas” de prisión para ellos, lamenta la Cartera en la nota.
El Ministerio de Asuntos Exteriores añade que los diplomáticos rusos, no obstante, han hecho lo imposible para asistir a los individuos de nacionalidad rusa, asegurar sus derechos legítimos y facilitar su rápida vuelta a casa.
El arresto de Kryuchkov es el caso más reciente que se produjo en la ciudad estadounidense de Los Ángeles (suroeste) por supuesto involucramiento en “una conspiración para cometer un delito cibernético”, según el Departamento estadounidense de Justicia.
Moscú denuncia que sus ciudadanos secuestrados por Washington son “presos políticos”, dado que estos arrestos “no tienen nada que ver con la jurisprudencia, la justicia o investigaciones, sino que es mera presión política y chantaje”.
