“China y Rusia buscan erosionar nuestro dominio de larga data en el poder aéreo a través de incendios de largo alcance, sistemas de denegación de área y otras capacidades asimétricas diseñadas para contrarrestar nuestras fortalezas (…) y han convertido el espacio, la arena que alguna vez fue pacífica, en un dominio de guerra”, ha declarado este miércoles el secretario del Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono), Mark Esper.
El Pentágono ya había advertido, en un informe divulgado en febrero, que el espacio se convertirá en un campo de batalla de EE.UU. con China y Rusia.
Asimismo, Michael Griffin, responsable de innovaciones militares del Pentágono, había anunciado en septiembre de 2019 que EE.UU. evaluaba la posibilidad de llevar misiles antibalísticos al espacio y nuevos sensores para detectar la trayectoria de misiles súper rápidos e hipersónicos.
El Departamento de Defensa de EE.UU. reveló en junio el documento de Estrategia de Defensa en el Espacio, según el cual, Washington se esforzaría por mantener la superioridad en el espacio para impedir que China y Rusia asuman su control y cuenten con el apoyo de sus aliados para lograrlo, incluso con financiación.
Rusia ha criticado una y otra vez que “el espacio es visto por la parte estadounidense como un campo de batalla”, alertando que un enfrentamiento armado a ese nivel podría tener consecuencias nefastas para la seguridad internacional y la estabilidad estratégica, razón por la cual, EE.UU. debe adoptar un “enfoque responsable” respecto a esta cuestión.
La Cancillería del país euroasiático criticó el pasado 25 de agosto la doctrina espacial de EE.UU., denunciando que Washington busca superioridad y dominación en el espacio, mientras que Rusia, a diferencia de EE.UU., no persigue los “objetivos de dominación y superioridad”, sino que solo busca su uso pacífico y llevar a cabo exploraciones espaciales.
China considera, por su parte, los planes de Washington una “amenaza directa para la paz y la seguridad”, pues, alega, no solo socavan el equilibrio y la estabilidad globales, sino que constituyen una grave violación del consenso internacional sobre el uso pacífico del espacio exterior.
