“Quentin, Dorian y Tanerri tenían 21, 23 y 28 años […] Como otros soldados muertos antes que ellos, estos tres jóvenes franceses no regresarán de Malí, donde, desde hace casi ocho años, nuestro país está atrapado en una guerra sin fin”, escribió el periodista Jean-Dominique Merchet en un artículo publicado el martes en el medio francés L’Opinion, titulado ‘Muertes en Mali: ¡ya es suficiente!’.
La publicación hace referencia a tres soldados franceses que murieron el lunes cuando su vehículo blindado fue alcanzado por un objeto explosivo en la región de Hombori, en el norte de Malí.
En el aludido artículo, Merchet saca a la luz que según el Ministerio de Inteligencia de Francia, ninguna amenaza terrorista contra Francia proviene del Sahel (una zona africana que incluye distintas partes de varios países como Malí, Nigeria, Senegal, Mauritania, Burkina Faso, Argelia, Chad y Sudán).
Tras subrayar que solo se puede resolver los conflictos mediante la negociación, la publicación considera un error la permanencia de las tropas francesas en Malí, pues “ya no se sabe cómo salir o más bien cómo aceptar el fracaso”.
“Por lo tanto, saldremos de Malí, como hicimos en Afganistán (después de la muerte de 90 soldados) y como lo están haciendo los estadounidenses. Los talibanes todavía están allí”, añade.
La muerte de tres soldados franceses que pertenecían a la fuerza de Barkhane, aumentó a 47 el número de efectivos muertos desde el inicio de la participación militar de Francia en la región del Sahel, norte de África, en enero de 2013, según un recuento del Estado Mayor francés que no incluye accidentes.
Francia tiene desplegados más de 4000 militares en cinco países del Sahel so pretexto de luchar contra el terrorismo y los grupos armados en la región; particularmente Al-Qaeda y Daesh.
No obstante, varios expertos políticos sostienen que Francia —apoyada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)— busca sus propios intereses en dichas zonas, ricas en recursos naturales.
