Más de mil 300 migrantes, en su mayoría de Paquistán y Afganistán, llevaban meses viviendo en un campamento en suelo bosnio, cerca de la frontera con Croacia, miembro de la Unión Europea (UE), a la espera de permiso para entrar al bloque comunitario.
Pero las instalaciones fueron destruidas por un incendio el 23 de diciembre, poco después de que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la ONU se retirara del lugar. Desde entonces, cientos de migrantes han estado durmiendo a la intemperie en un bosque cercano mientras esperan ser alojados.



