Rusia considera que la memoria sobre la Segunda Guerra Mundial y sus víctimas es el factor más importante de rechazo de la idea misma de la guerra y nunca aceptará insultos a la memoria de los antepasados que derrotaron al nazismo, dijo el miércoles el embajador ruso en Polonia, Sergey Andreyev, durante la ceremonia dedicada al 76° aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau por el Ejército Rojo.
«La victoria le costó a nuestro país un precio enorme: murieron 26,5 millones de ciudadanos soviéticos, dos tercios de ellos civiles, víctimas de bombardeos, ocupación, campos (de concentración), bloqueos, hambrunas y enfermedades. Recordar a estas víctimas es nuestro deber, estar orgullosos de la victoria es nuestro derecho indiscutible. Y nunca aceptaremos los insultos a la memoria de nuestros antepasados que aplastaron el nazismo. Que nadie se haga ilusiones al respecto”, dijo el enviado ruso.
Andreyev instó a preservar la memoria «en toda su plenitud, sin exenciones y omisiones, protegerla de la distorsión a favor de la coyuntura política, proteger el buen nombre de los héroes vivos y caídos, civiles que se convirtieron en víctimas de los nazis y sus colaboradores, así que las generaciones futuras siempre recuerden el horror del Holocausto y los campos de exterminio, para que la humanidad nunca más permita tal locura”.
«Apreciamos la contribución de nuestros aliados a la victoria, pero, en tres cuartas partes, fue lograda por la Unión Soviética, y las principales fuerzas de la Alemania de Hitler fueron destrozadas en el frente soviético-alemán, donde dos ejércitos de las Fuerzas Armadas de Polonia lucharon codo con codo con el Ejército Rojo: rusos, ucranianos, bielorrusos, tártaros, judíos, armenios, kazajos, georgianos, uzbecos, azeríes, moldavos, gente de decenas de otras nacionalidades”, añadió.
