En el Estado español no hay libertad de expresión, se criminaliza constantemente a la clase trabajadora y esto se puede observar en su historia reciente y también en la actualidad; lo dicen diferentes organismos nacionales e internacionales, pero, sobre todo, lo denunciamos desde la clase obrera y los sectores populares. Su régimen, para mantenerse en el poder y mantener también sus ingentes beneficios no está dispuesto a aflojar la cuerda de la explotación. Por esto mismo, el gobierno de turno jamás llevará a cabo todas las medidas sociales que prometieron y que tan necesarias son para miles de familias trabajadoras; al contrario, dará una vuelta de tuerca a la política que va en contra de los intereses de las capas populares y la clase obrera.
Por ello, no derogará la reforma laboral, ni tampoco las leyes represivas con las que nos intentan amedrentar a través de multas y con penas a prisión. Éste es el régimen con la legislación represiva mas dura de Europa, y no le tiembla el pulso a la hora de sacar a palos a miles de familias de sus casas o reprimir de la manera más violenta a todo un pueblo por ejercer su derecho a la autodeterminación. Un régimen que aplasta nuestra libertad y nos encarcela por denunciar los numerosos atropellos que sufrimos, mientras saca por la puerta de atrás a los de siempre, quienes se están apropiando de la riqueza producida por generaciones de trabajadores.
Por sentarnos al borde del abismo y de un horizonte sin futuro, amplios sectores de la clase trabajadora empiezan a rebosar de rabia y hartazgo. Todo esto ha estallado con la última chispa, que ha sido el secuestro por parte del Estado de Pablo Hasel; sabemos que no solamente van a por él, sino que trata de silenciamos a todos, es un ataque a nuestra libertad de expresión.
Los sectores más combativos han protagonizado los últimos días la lucha en distintas partes del Estado: por la amnistía total y por la libertad de Pablo Hasel; también contra la política de miseria que nos quieren imponer, la brutalidad policial y las leyes que nos condenan a prisión por ejercer nuestros derechos y libertades.
Al frente de esta lucha está el sector más concienciado de las clases populares, que no ha dudado en echarse a la calle para denunciar la precariedad y represión que sufrimos. Por esta determinación nos han apaleado en Madrid, han vaciado el ojo de una manifestante en Barcelona y han herido con fuego real a otro manifestante en Linares: pero aún así no nos hemos echado atrás, al contrario, hemos perdido el miedo. No vamos a parar, esta vez no nos conformaremos con falsas promesas. Eso si, queremos ser muchos más.
Ninguna de sus medidas represivas podrán contener el ansia de libertad que surge tras años de liquidación de nuestros derechos.
Hacemos un llamamiento a todos los colectivos sociales e individualidades a que se sumen a la lucha organizada: trabajadoras de todos los sectores, parados, migrantes, feministas, estudiantes pensionistas, intelectuales progresistas, etc.
La represión, la explotación capitalista y la precariedad extrema nos afecta a todos, por tanto, la unidad de acción y la lucha contra estas lacras y otras muchas que están por venir es impostergable.
Vivimos un momento crucial a nivel social político. La crisis sanitaria, económica y social ha hecho y hace cada vez más visible ia insostenibilidad del sistema capitalista y patriarcal en el que vivimos y que nos roba a la clase trabajadora la posibilidad de vivir una vida digna. Ante esto. la evidencia cada vez más explícita de su injusticia, nos ha llevado a la clase obrera en las calles a reivindicar nuestros derechos. Frente a esto, y como una prueba de debilidad, lo único que han hecho es reprimir buscando callar, generar miedo y criminalizar la lucha organizada contra su sistema asesino.
Las movilizaciones y la indignación social se han enfrentado a los medios de comunicación del capital. No nos engañan porque como clase trabajadora sufrimos la violencia del sistema en nuestras carnes día tras dia. Tenemos claro que violencia es no llegar a fin de mes, tratar derechos tan básicos como la comida, la vivienda, la luz o el agua como bienes de mercado, privatizar la educación y la sanidad, etc. Porque si no pasamos por sus aros y nos resignamos a su modelo asesino nos encarcelan. Ante esto debemos tener claro que la lucha es el único camino, que la organización y la unidad son fundamentales. Por eso exigimos:
La conquista a través de la lucha, el cese inmediato de la represión:
Derogación de la legislación represiva, Ley mordaza, Ley de Partidos, Ley antiterrorista, de extranjería, etc. Despenalización de los derechos y libertades del pueblo trabajador, derechos y libertades plenos: de expresión, organización manifestación, huelga, etc.
Depuración de las fuerzas represivas. Erradicación de la tortura y del maltrato a los detenidos y castigo ejemplar para los torturadores. Prohibición del empleo de material antidisturbios contra las protestas sociales y populares.
Amnistía total.
La conquista a través de la lucha unas condiciones de vida dignas para el pueblo trabajador:
Derecho al trabajo para todos, con salarios y jornadas laborales dignas. Derogación de toda la legislación laboral que permite y ampara la precariedad, el despido, los salarios de hambre, el terrorismo patronal, las ETT y, en definitiva, la sobreexplotación de la clase obrera y de los sectores populares.
Viviendas sociales para todos los trabajadores. El de la vivienda digna es un derecho irrenunciable. Prohibición de todos los desahucios.
Servicios públicos y de calidad. Por una sanidad, educación y transportes enteramente públicos y de calidad. Refuerzo de la Atención Primaria de Salud y de las Residencias para ancianos. ¡Ni un fallecido más por desatención sanitaria! Pensiones dignas y garantizadas, tanto actuales como futuras, para quienes lo dieron todo durante décadas de duro trabajo.
Derechos para las personas migrantes, regularización urgente de las personas migrantes, modificación del sistema de protección internacional, etc.