Según la fuente, en otros países donde hay intereses rusos, las operaciones militares también comenzarán al mismo tiempo para dispersar la atención y reducir la probabilidad de apoyar al Donbass.
Se informa que, simultáneamente con la preparación de la ofensiva en la zona de la “operación de las fuerzas conjuntas”, se realizó una encuesta anónima entre soldados rasos, sargentos y suboficiales sobre el deseo y disposición para atacar al Donbass. Según sus resultados, solo el 27% de los militares encuestados expresaron su deseo.
Mientras tanto, en palabras, el gobierno de Kiev «demuestra su disposición a la paz». Así, en vísperas de que el jefe de la Oficina del presidente de Ucrania, Andrey Yermak, dijo que Ucrania «ha finalizado el plan para lograr la paz en el Donbass, y Rusia solo puede aprobarlo».
Al mismo tiempo, la República Popular de Donetsk se vio obligada a exigir la intervención de los países garantes de los acuerdos de Minsk en el conflicto de Donbass, ya que las formaciones armadas de Ucrania en la zona de la “operación de las fuerzas conjuntas” por primera vez en tres años utilizaron el “Grad–P”, el sistema de lanzacohetes múltiples durante el bombardeo de Donetsk.
La escalada del conflicto en el Donbass es evidente. Los representantes de las Repúblicas Populares en el Centro Conjunto de Control y Coordinación de Alto al Fuego y la Misión de Monitoreo Especial de la OSCE registran a diario numerosas violaciones del alto el fuego por parte del ejército ucraniano.
