Conforme reportó el viernes la agencia rusa de noticias TASS, Moscú había ordenado el traslado de radares de penetración de tierra Oko-3 a su base aérea Hmeimim, sita en la provincia de Latakia (noroeste sirio).
Dichos radares, dio a conocer el teniente coronel Pavel Ryotsky, subcomandante de las fuerzas de ingeniería militar de Rusia en Siria, se pueden utilizar para buscar túneles subterráneos de los terroristas.
El radar Oko-3 “puede detectar huecos no solo en el suelo, sino también en concreto y otros entornos similares”, detalló Ryotsky, destacando que el aparato “tiene una amplia gama de aplicaciones”.
Ryotsky alertó que los terroristas emplean equipos de excavación de túneles debajo de las bases militares sirias, los lugares de movilización de tropas y las comisarías de policía para llevar a cabo operaciones terroristas y de sabotaje.
En esta línea, el mando castrense ruso explicó que los radares Oko-3 son capaces de detectar los túneles y depósitos subterráneos hasta una profundidad de 50 metros, que los terroristas generalmente almacenan armas y municiones.
Rusia sigue blindando y reforzando Hmeimim, su principal base aérea en Siria, donde alberga aviones de combate y helicópteros y sirve de plataforma al país euroasiático para lanzar ataques aéreos contra las facciones takfiríes y extremistas, atrincheradas en las provincias de Idlib (noroeste), Alepo (noroeste), Homs (centro-oeste) y Latakia.
De hecho, las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia siguen efectuando operaciones antiterroristas en Siria en cooperación con el Ejército de este país.
A mediados de 2020, el presidente ruso, Vladimir Putin, comprometido a su ayuda a Damasco en la lucha antiterrorista, ordenó la ampliación de la base aérea de Hmeimim, así como el centro naval de mantenimiento técnico de Tartus.
