Después de que Rusia advirtiera repetidamente a la parte israelí contra los ataques en territorio sirio, el ejército ruso desplegó sus potentes medios de guerra electrónica en la ciudad siria de Tartus, que no sólo impiden que los misiles israelíes alcancen objetivos, sino que también crean muchos problemas a los aviones de reconocimiento militar estadounidenses que crean graves provocaciones cerca de la base naval rusa de Tartus y cerca de la base aérea de Hmeimimim en la provincia siria de Latakia.
Así, el canal de televisión ruso emitió un reportaje que describe el trabajo de las unidades de guerra electrónica de las Fuerzas Armadas rusas, que prestan servicio en la base militar rusa de Tartus, en Siria.
Las imágenes de vídeo muestran que, además de los sistemas de guerra electrónica portátiles de corto alcance, cerca de Tartus, en Siria, se encuentran al menos tres complejos de guerra electrónica Krasukha-4. Son capaces no sólo de desorientar a los aviones, drones y misiles enemigos, sino que pueden llegar a destruirlos después de inutilizar sus sistemas de control desde una distancia de varios cientos de kilómetros.
Esa es precisamente la razón, según los expertos, por la que la Fuerza Aérea israelí no se ha arriesgado últimamente en esa zona de Siria, consciente de que los militares rusos podrían destruir fácilmente los aviones, por no hablar de los más vulnerables F-35.