Yuri Averiánov, subsecretario primero del Consejo de Seguridad de Rusia, ha considerado “muy preocupante” la presencia de laboratorios militares de EE.UU. y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cerca de las fronteras del país euroasiático por la posible contaminación que puedan provocar dichas instalaciones, así como la amenaza que suponen para los habitantes de la zona.
“Suscita una preocupación especial el acercamiento de los biólogos militares de EE.UU. y sus aliados de la OTAN a las fronteras de Rusia”, ha subrayado Averiánov en una entrevista concedida este martes a la agencia rusa de noticias Sputnik.
Según el destacado miembro del Consejo de Seguridad ruso, los microorganismos mortales creados en los referidos laboratorios pueden acabar siendo lanzados al medioambiente “por un supuesto error” y provocar una contaminación masiva de los ciudadanos en los Estados limítrofes y en Rusia.
Asimismo, ha puesto de relieve que Moscú sospecha que Washington involucra a otros países en la creación de armas biológicas. Esta actividad, conforme ha señalado Averiánov, se está implementando a través de la “imposición rígida” de los programas de ‘Alianza Global para No Proliferación de Armas de Destrucción Masiva’, y los programas bilaterales de ‘Reducción Conjunta de Amenazas’ y ‘Compromisos Biológicos Conjuntos’.
Previamente, el pasado 7 de abril, el secretario del Consejo de Seguridad, Nikolai Pátrushev, había informado que Rusia tenía buenas razones para creer que se están desarrollando armas biológicas en los laboratorios que EE.UU. ha instalado en todo el mundo. De acuerdo con Pátrushev, por una extraña coincidencia, estos centros investigativos principalmente se encuentran en las fronteras con Rusia y China.
Las relaciones entre Moscú y el Occidente atraviesan un período de gran tensión a tenor de una serie de cuestiones, incluida la situación en Ucrania —por la anexión de la estratégica península de Crimea a Rusia, como fruto de un referéndum en 2014— y el encarcelamiento del opositor ruso Alexéi Navalni.
Moscú ha reiterado, en varias ocasiones, que los movimientos y ejercicios de EE.UU. y sus aliados cerca de las fronteras rusas constituyen unas medidas provocadoras, que socavan su estabilidad y seguridad.
Además, Rusia ha dejado claro que se reserva el derecho a dar una respuesta contundente a cualquier agresión o violación de su soberanía, ya sea por parte de EE.UU. o cualquier otro país.