Las autoridades rusas no han renovado el visado a la corresponsal de la radiotelevisión pública británica, BBC, Sarah Rainsford, en respuesta al maltrato a los medios rusos en el país europeo.
La decisión del regulador británico de las telecomunicaciones de no conceder permisos a los periodistas de cadenas rusas, entre ellas Russia Today, y otras medidas de “presión” habrían tenido un peso considerable en la medida restrictiva, que obstaculiza la continuidad de la labor de la veterana periodista.
Rainsford, una de las dos corresponsales de la BBC en Moscú, deberá abandonar el país antes de finales del mes en curso, ya que su visado expira el 31 de agosto.
Hasta el momento, el medio británico no se ha pronunciado sobre este tema, aunque la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, ha recordado que se le había advertido a Londres en numerosas ocasiones de que tomarían las medidas “necesarias” ante los abusos a los que sometían a los corresponsales rusos que trabajan en el territorio británico.
Asimismo, ha mencionado que los representantes de la cadena británica fueron convocados recientemente a la sede de la Cancillería rusa y “se les explicó todo al detalle”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido ha condenado la medida. “Otra acción injustificada de las autoridades rusas”, ha indicado, mientras que ha pedido que se reconsidere la decisión.
A principios del año el grupo de hackers Anonymous reveló una campaña de manipulación informativa contra Rusia por parte de medios al servicio del Gobierno del Reino Unido, a decir la agencia informativa Reuters y la BBC.
Las relaciones ya tensas entre Moscú y Londres, debido a tiranteces Rusia-Occidente, llegaron a su peor momento en julio cuando el 23 de junio el destructor británico HMS Defender se adentró en las aguas territoriales de la Federación Rusa.
Las tensiones entre Rusia y países occidentales se han intensificado tras la incorporación de Crimea a la Federación Rusa en 2014 en virtud de un referéndum en la península. Desde entonces, Washington y sus aliados han aumentado su presencia militar en los países limítrofes con Rusia, so pretexto de lo que llaman “la amenaza rusa”.