Para los afganos hay cosas peores que la “shariá” o que las mujeres lleven “burka”. Por ejemplo los crímenes, las violaciones , las torturas y los saqueos en un país que Estados Unidos puso a los pies de los señores de la guerra, los narcotraficantes o la policía local.
Pero las televisiones no cuentan nada de esto.
Estados Unidos no estuvo 20 años ocupando Afganistán para que las mujeres pudieran ir a la universidad, sino por uno de tantos pretextos que ahora los medios quieren olvidar: que los talibanes protegían a Al-Qaeda que, a su vez, había cometido los atentados contra las Torres Gemelas.
Los crímenes cometidos al amparo de Estados Unidos alimentaron el avance talibán. Algunos temen a estos, pero la inmensa mayoría a quien teme es a los otros y se alegre de que, por fin, se larguen a su país.
En un informe publicado en 2019, Aboubacar Kampo, representante en Afganistán de la Unicef, dijo que hasta finales de septiembre de aquel año, 631 niños habían muerto y 1.830 habían resultado heridos en diferentes acciones bélicas, lo que supone un aumento del 11 por ciento en comparación con los primeros nueve meses de 2018 (*).
El número de crímenes infantiles estaba relacionado con el aumento de los ataques suicidas y los frecuentes combates entre el ejército local y las tropas de la OTAN dirigidas por Estados Unidos y los grupos armados talibanes, en particular.
Una media de nueve niños eran asesinados o mutilados cada día en el país asiático y, como consecuencia de la guerra, miles de niños se quedaron sin acceso a derechos básicos como vivienda, familia, educación de calidad, atención sanitaria, seguridad y protección.
El documento de Unicef también revela que entre 2009 y 2018 murieron 6.500 niños en territorio afgano y 15.000 resultaron heridos, lo que ha convertido al país asiático, que Estados Unidos invadió en 2001 para “luchar contra el terrorismo”, en la zona de guerra más mortífera del mundo.
Según Unicef, 3,8 millones de niños necesitaban ayuda humanitaria; 3,7 millones estaban en edad escolar pero no estaban escolarizados; 600.000 niños menores de cinco años estaban gravemente desnutridos y el 30 por ciento de los niños tenía que trabajar.
(*) https://www.unicef.org/press-releases/nine-afghan-children-killed-or-maimed-daily-worlds-most-lethal-warzone