La U.E y el atado y bien atado del post-franqusimo económico financiero, impide expropiar o nacionalizar a las compañías eléctricas. El «sí se puede» es pues una milonga para moverse en el marco legal que ellos han impuesto. Quien se planteé alguna de esas dos medidas es un bolivariano-comunista-terrorista, y un trasnochado ajeno a la modernidad.
Al revés sí, Felipe González y José María Aznar privatizaron este servicio básico, sus amiguetes lucraron con el chollo, incorporaron a afines a las compañías con las famosas «puertas giratorias», y para redondear pusieron impuestos varios en el recibo para que las derechas (estas y las otras) tuvieran el argumento de que con la factura de la luz se pagan diferentes cosas y a estar tranquilos, que sus señorías saben lo que hacen.
El poder de las eléctrcias (como el de la banca que recibió cientos de millones de euros del erario público para apuntalar el negocio privado) es el que rige los destinos (luminosos) del país. Una lección fácil y rápida para entender el capitalismo, para separar poder y gobiernos, y que nos sigamos preocupando por este, para no tocar a aquel. Para hacer, en suma, lo que le gusta a la socialdemocracia (fue creada para eso), el parcheo. Por eso, piden por favor a las eléctricas que sean buenas, que reconsideren los beneficios, que se apiaden de los más necesitados, y bajan el IVA, o amenazan con crear una compañia eléctrica pública en treinta años, y todo, para que su electorado les siga siendo fiel con el dudoso argumento de que «no es lo mismo unos que otros» que recuerda al ser, lo que se dice ser, somos republicanos pero apoyamos la monarquía (ya sea campechana o preparada).
Tienen a su favor, eso sí, una sociedad mayoritariamente adormecida a la que doparon para que no viera en las movilizaciones y la lucha instrumentos válidos para cambiar las injusticias y revertir así el poder de la clase dominante. Nos dijeron que concentraramos toda la energía el día de las elecciones, que cogieramos la papeleta correcta (¿?) y que esperaramos que una mayoría progre fuera parcheando a favor del pueblo. Efectivamente, una noche sin luz.