Datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) indican que el impacto de la pandemia ha contribuido a situar en 8.7 % el padecimiento de hambre en América Central debido a la falta de acceso a alimentos básicos y saludables; en el caso de Panamá, el 14 % de la niñez sufre de desnutrición grave.
A pesar del alto crecimiento económico registrado por el país centroamericano, entre los años 2008 y 2019, 488 menores perdieron la vida a causa de la desnutrición, siendo las comarcas originarias las regiones en las que prevalece este flagelo, con un 39 % en la actualidad.
Mientras el país se mantiene entre los primeros de la región con mayor retraso en el crecimiento de sus niños, en regiones rezagadas, las autoridades panameñas han ratificado, desde foros internacionales, su compromiso para combatir el flagelo de la desnutrición a nivel local y regional.
Sin embargo, estos esfuerzos deben venir acompañados de políticas públicas que promuevan la auto sostenibilidad de las comunidades y fortalezcan la calidad de su alimentación, según lo plantean distintos sectores.
John Alonso, Ciudad de Panamá.